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Comida Quiteña

Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Novedades, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 6 marzo 2019, by , 0 Comments

Manuela de la Santa Cruz y Espejo (20 de diciembre de 1753 –  1829) prócer de la independencia de Ecuador. Nació en Quito. Su padre Luis Chuzig, un hombre de origen indígena, y su madre María Catalina Aldás, una mujer mulata nacida de una esclava liberta. Se crió en un ambiente humilde, su madre ordenaba a sus hermanos que le enseñaran a Manuela lo aprendido en la escuela debido a las restricciones y dificultades para que las mujeres asistieran a los centros educativos. Gracias a sus hermanos Manuela acumuló importantes conocimientos.

Manuela fue hermana del célebre médico y filósofo ilustrado Eugenio de la Santa Cruz y Espejo, considerado también prócer de la independencia de Ecuador, con quien compartió un notable gusto por la medicina y las ciencias. Su formación se reforzó gracias al científico Lorenzo Heinster, que le heredó veintiséis volúmenes sobre temas médicos. La joven acostumbraba a leer por largas horas en la pequeña biblioteca de su casa. Cuando tenía 44 años casó con el joven jurisconsulto José Mejía Lequerica quien tenía 21 años, la boda se celebró en la iglesia de El Sagrario, siendo los padrinos Juan de Dios Morales y su esposa, María Oleas.

Una de las motivaciones de este matrimonio fue su pasión por el pensamiento ilustrado y los temas científicos que el matrimonio tenía en común, pero la felicidad terminó cuando Mejía se trasladó como diputado a las Cortes de Cádiz y nunca más volvió a buscar a su esposa, luego José Maria comenzó una relación con la joven andaluza Gertrudis Sanalova y Benito, a quien dejó como su heredera al morir. Debido al abandono, Manuela pasó a vivir con la familia de Juan de Dios Morales, futuro prócer independentista. Esta situación sirvió para lo que en un futuro sería el camino de Manuela.

Con los conocimientos adquiridos luego de graduarse como medicina en la Universidad de Quito, Manuela acompañó a su hermano Eugenio en calidad de enfermera durante las visitas médicas que éste realizaba. En el momento en que Quito y otras ciudades fueron azotadas por la fiebre amarilla en 1785, Manuela aportó incansablemente en el tratamiento de esta problemática. Por esta situación ha sido considerada la precursora de la enfermería en el territorio ecuatoriano. Otro de los motivos por los cuales fue muy admirada: su gran bondad y entrega a los enfermos.

Colaboró en el diario Primicias de la Cultura de Quito pero tuvo que hacerlo bajo el seudónimo de “Erophilia”, debido a las fuertes restricciones que no permitían que las mujeres realizaran publicaciones. Manuela aprovechó para defender a sus hermanos perseguidos por las autoridades españolas y publicaba manifiestos en los que mostraba su postura y compromiso con la lucha de la mujer en búsqueda de un trato equitativo, también alzó su voz en favor de los más desposeídos. Manuela es considerada la primera mujer periodista del Ecuador y pionera de los movimientos feministas y sociales en el país.

La mujer participó en como miembro en el círculo independentista que se creó alrededor de sus hermanos Eugenio y Juan Pablo, aporto activamente de las reuniones y su figura discreta le sirvió para ser un puente entre los conspiradores. Se mostró valiente cuando tuvo que defender a sus hermanos cuando fueron perseguidos, pagando abogados y acompañándolos en los encierros. Realmente la labor de sus hermanos por la independencia de la patria no hubiera podido concretarse sin la ayuda de esta ilustre mujer.

Manuela Espejo logró antes de su muerte en la ciudad de Quito en el año 1829, a la edad de 76 años, ver el sueño de la Independencia convertido en realidad, ver todo su trabajo y entrega por una causa concretada. Toda su labor le ganó la admiración de la población ecuatoriana y también un importante puesto en la historia nacional y de la independencia de Ecuador. Es considerada una de las pensadoras más importantes del continente americano y pionera en el campo del feminismo, su carácter fuerte le ayudaron a sobrellevar las cargas del patriarcado, logrando salirse de cierto modo de los códigos morales impuestos a las mujeres de la época.

En muchas ocasiones la figura de Manuela fue reconocida a través de la figura de su hermano Eugenio Espejo. Realmente, no se le ha dado el valor que se merece y usualmente muchos historiadores la ubican detrás de Eugenio Espejo. Definitivamente, en sus escritos demuestra la exaltación de Quito, especialmente en el campo cultural; en donde realizaba una gran valoración de los artesanos, pensadores, escritores, políticos y artistas. También cuestionó el sistema colonial español presente en toda América latina.

A pesar de que Manuela de la Santa Cruz y Espejo escribió bajo un seudónimo es considerada la primera mujer periodista de Quito. Se caracterizó por la defensa de sus ideales, donde exigía mayor participación de la mujer en la educación universitaria, en las manifestaciones culturales y políticas. Su gran habilidad para argumentar fue un aporte importante en el avance de las ideas liberales de Ecuador.

FUENTE: https://historia-biografia.com/manuela-de-la-santa-cruz-y-espejo/

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, on 31 octubre 2018, by , 0 Comments

. Copa de agua

Copa de gran tamaño, ligeramente abombada. Utilizada para tomar agua y zumos.

Solo se debe llenar, como mucho, hasta 4/5 de su capacidad.

Su tamaño varía en función de cada cristalería. En algunas cristalerías esta copa es sustituida por un vaso, el vaso de agua.

Copa Agua - Copa Vino.

2. Copa de vino tinto

Copa ancha, de gran cavidad abombada. En las cristalerías más antiguas eran algo más pequeñas que las de agua, aunque ahora se empieza a imponer una gran copa.

Solo se llena hasta 2/5 a 3/5 de su capacidad. Todo depende del tamaño de la copa.

3. Copa de vino blanco

Es una copa algo más pequeña y estrecha que la copa de vino tinto (por su necesidad de tomarse frío).

Al igual que el vino tinto, solo debe llenarse como mucho a 2/5 de su capacidad.

Aunque en las cristalerías antiguas podían ser de color -por regla general, eran de color verde- no es una buena opción ‘tapar’ el color de un buen vino blanco.

Copa Vino Blanco - Copa Jerez.

4. Copa de Jerez

Ligeramente aflautada, de un tamaño medio y de pie corto. Utilizada para tomar los vinos dulces y de Jerez. Se utiliza también para tomar cualquier otro tipo de vino considerado de aperitivo como un Fino, un Oporto, etcétera.

No debe llenarse más de 2/3 de la capacidad de la misma.

5. Copa de champán

Alta, de cuerpo largo y aflautado, y corta de pie. La finalidad es retener las burbujas. No se deben utilizar las conocidas copas planas de champán que se han utilizado hasta hace unos pocos años.

La copa de cava o champán se puede llenar hasta unos 3/5 de su capacidad. No se debe servir desde mucha altura para evitar hacer mucha ‘espuma’.

Copa Champán - Copa Vermut.

6. Copa de vermouth – vermú

Es una copa corta y ancha en su boca, estrechándose a medida que se acerca al pie. Es indicada para determinados cócteles y para tomar el vermouth.

Se suele llenar en su totalidad -no hasta el borde- porque suele llevar elementos tales como hielo, una rodaja de limón o de naranja o cualquier otro ‘elemento de moda’ para este tipo de copas.

7. Copa de coñac

Gran copa, de amplia cavidad abombada y pie muy corto. Pensada para “abrazarla” con la mano y mantener templado su contenido. Utilizada para tomar el coñac y el brandy.

En algunas tienda especializadas se venden una especia de ‘mecheros’ que son calentadores para las copas de coñac o brandy. Son muy curiosos.

No se debe llenar más de 1/3 de su capacidad.

Copa Coñac - Copa Licor.

8. Copa de licor

Copa pequeña, de pie muy corto y escasa capacidad. Utilizada para todo tipo de licores, y una de las copas con más variantes en cuanto al temas de los diseños y las medidas.

Se puede llenar hasta 4/5 de su capacidad.

9. Vaso de tubo

Vaso alto (de unos 17-18 centímetros), sin pie. Utilizado principalmente en hostelería, para el servicio diverso de refrescos, copas y “cubatas”. También se puede utilizar como vaso de agua, si no tenemos copas de agua, o bien para tomar también un zumo.

Se puede llenar hasta 5/6 de su capacidad.

Vaso Tubo - Jarra Cerveza.

10. Jarra de cerveza

Jarra de diverso tamaño, de cristal grueso, utilizada para tomar cerveza. La más habitual es la jarra de medio litro -lo que equivale a una ‘pinta de cerveza’-. Se llena hasta que la espuma alcanza el borde.

No es habitual en los bares que la han sustituido por un vaso. En algunos lugares, se ha tomado la costumbre de mantener las jarras heladas en el congelador, pero es discutible porque depende del tipo de cerveza que vayamos a tomar.

Diseños, formas y tamaños de los vasos y las copas

Los diseños aquí expuestos solo son una representación de algunas de las piezas más comunes y habituales de una cristalería. No obstante, podemos encontrarnos multitud de formas, diseños, tamaños y colores diferentes.

Whisky - Cóctel - Licor Dulce.

FUENTE:https://www.protocolo.org/social/la-mesa/tipos-de-copas-como-se-utilizan.html

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Quito Colonial, Restaurante, on 17 septiembre 2018, by , 0 Comments

El locro de papas es un plato que ha viajado a través del tiempo, un plato ancestral, al cual se le han sumado ingredientes adoptados del viejo mundo como la cebolla, la leche y el queso, pero en su esencia sigue siendo el guiso espeso de papas que los aimaras preparaban y luego los incas. Los cuales también, a veces, le ponían maíz, charqui (carne seca) o zapallo y siempre, ají.

El locro es emblemático de la Sierra ecuatoriana, se hace con una papa de mediano tamaño llamada papa chola locrera, que tiene la particularidad de soltar bastante almidón, lo que da como resultado una sopa espesa. Las papas se cortan en dos tamaños diferentes, para que los trozos mas pequeños se deshagan y los grandes se vean en el plato. El locro de papas se sirve acompañado de trocitos de queso fresco, tajadas de aguacate y salsa de ají. A este mismo locro se le pueden añadir también otros vegetales como choclo, zapallo, acelgas, habas o sambo (alcayota en Chile), adoptando así el nombre del vegetal añadido, como “locro de choclo”  o “locro de acelgas” por ejemplo, y donde siempre la papa estará presente como base de la preparación.

Es una sopa realmente deliciosa, aquí en la casa la hacemos muy seguido y nunca falta en las cartas de la mayoría de los restaurantes de todo el país.

Dos salsas de ají para acompañar este plato: Salsa de Ají y Ajicero Criollo

FUENTE: http://www.confiesoquecocino.com/locro-de-papas/

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Novedades, Quito Colonial, Restaurante, on 1 agosto 2018, by , 0 Comments

La quinua fue cultivada en los Andes bolivianos principalmente y también en los ecuatorianos y peruanos desde hace unos 5.000 años. Este cultivo, al igual que la papa fue uno de los principales alimentos en muchos pueblos andinos de la antigüedad preinca.

Son muchos los nombres con los que se denomina a la quinoa siendo el mas conocido el de quinua o arroz andino . Su nombre científico es Chenopodium Quinoa. En quechua, se conoce también a la quinoa como: Ayara,
La quinoa, alimento sagrado en la época de los Incas. La quinua es un producto de la tierra que se cultiva en Bolivia, Perú y países aledaños. Su cultivo se remonta al Imperio de los Incas. Fue considerado un alimento sagrado, siendo, junto a la papa, la base de la agricultura andina imperial.Bolivia, un país sudamericano, con regiones altiplánicas; es cuna de uno de los alimentos más apreciados de los que dispone la humanidad. Sus áreas de cultivo se encuentran a más de 3,500 metros de altura, principalmente en los departamentos de Oruro y Potosí de los cuales procede la mejor quinua del mundo.
La quinua (Chenopodium quinoa) es un pseudo-cereal, rico en proteínas (14%) que se desarrolla bajo los extremos condiciones agroecológicos de un desierto de altura, con una precipitación anual de apenas 250 mm, alrededor de 210 días de heladas al año y unos suelos arenosos, pobres en nutrientes y materia orgánica.
A pesar de estas condiciones adversas, es precisamente aquí donde crece la quinua ­ el grano sagrado de los aymaras. Sin embargo, para que este grano pueda ser consumido por el ser humano, en primera instancia debe sufrir un proceso de desaponificación, mediante el cual se remueve mecánicamente la capa amarga de saponina que recubre el grano en la parte exterior.
Desde el punto de vista de su variabilidad genética puede considerarse como una especie oligocéntrica, con centro de origen de amplia distribución y diversificación múltiple, siendo la región andina y dentro de ella, las orillas del Lago Titicaca, las que muestran mayor diversidad y variación genética.Una evidencia del uso de la quinua se encuentra en la cerámica de la cultura Tiahuanaco, que representa a la planta de quinua, con varias panojas distribuidas a lo largo del tallo, lo que mostraría a una de las razas más primitivas.
A la llegada de los españoles, la quinua tenía un desarrollo tecnológico apropiado y una amplia distribución en el territorio Inca y fuera de el. El primer español que reporta el cultivo de quinua fue Pedro de Valdívia quien al observar los cultivos alrededor de Concepción, menciona que los indios para su alimentación siembran también la quinua entre otras plantas. Posteriormente, Bernabé Cobo, confunde la quinua con la Kiwicha e indica que la quinua es una planta muy parecida al bledo de Europa. Garcilaso de la Vega, en sus comentarios reales describe que la planta de quinua es uno de los segundos granos que se cultivan sobre la faz de la tierra denominada quinua y que se asemeja algo al mijo o arroz pequeño, y hace referencia al primer envío de semillas hacia Europa, las que desafortunadamente llegaron muertas y sin poder germinar, posiblemente debido a la alta humedad reinante durante la travesía por mar.Posteriormente, Cieza de León (1560), indica que la quinua se cultivaba en las tierras altas de Pasto y Quito, mencionando que en esas tierras frías se siembra poco maíz y abundante quinua. También Patiño (1964), menciona que en sus revisiones sobre La Paz, se habla de la quinua como una planta que servía de alimento a los indígenas (Jimenes de la Espada, 1885, II, 68) y finalmente Humboldt, al visitar Colombia indica que la quinua siempre ha acompañado y seguido a los habitantes de Cundinamarca.

FUENTE:  http://laquinuareal.blogspot.com/2010/06/historia-y-origen-de-la-quinua-o-quinoa.html
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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 11 julio 2018, by , 0 Comments

Posiblemente, se encuentre en Asturias puesto que desde hace siglos, siempre que se citaba el arroz, estaba directamente relacionado con la leche. Al igual que otros muchos platos tradicionales, surgió como respuesta creativa para aprovechar las sobras de otros alimentos. Y es que, es uno de los postres más fáciles de realizar ya que se cuece el arroz en leche, azúcar y canela.

Cuando todavía no se había inventado el azúcar, la receta se realizaba con miel. Con el paso de los años, ésta sería sustituida por el azúcar de caña a finales del siglo XIX. No sería hasta el siglo XX cuando aparecería en los hogares y en las casas de comida el azúcar blanco, que se usaría para realizar la receta tal y como conocemos hoy en día.

 

FUENTE: https://www.casaalberto.es/blog/213-el-origen-del-arroz-con-leche.html

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Restaurante, Turismo, on 21 mayo 2018, by , 0 Comments

Cuando el mercado de Santa Clara abrió sus puertas, en 1951,  se ubicó en la entonces ‘periferia’ de la ciudad; la hoy avenida Colón era el límite desde donde se marcó el crecimiento hacia el norte. Tras dos remodelaciones y 63 años de vida, este centro de expendios y de comidas se yergue en el ahora centro norte de la capital.

Su ubicación sumada a la variedad y frescura de sus productos, lo han convertido en uno de los mercados tradicionales de Quito. Al ingresar por la calle Versalles, el sentido del olfato se agudiza por la mezcla de olores producto de la extensa oferta alimenticia:  caldo de gallina, fritada, el infaltable hornado, la corvina frita, variedades de jugos…

Los mesones metálicos o de baldosa, las silletas pequeñas adosadas unas con otras, las ollas, el vapor, los letreros de los puestos. Todo se fusiona, armónicamente, provocando que el apetito o la sed se sientan con mayor intensidad. Con su atuendo de chef, blanco e impecable, Augusto Chiriboga atiende a los comensales (estudiantes, turistas, oficinistas, policías, profesores, familias enteras) sacando dotes de tenor. “Venga mi señora sí hay el caldo de gallina, pruebe nuestro seco”. El hombre de 68 años ofrece sus secos, de pollo y de carne, desde hace 40 años, cuando vendía junto con su madre.

De lunes a sábado, Chiriboga llega al mercado antes de las 06:00 para preparar los platos. Los primeros clientes empiezan a llegar una hora después. En la parte posterior de la sección de comidas (uno de los 11 del mercado), está el puesto de Blanca Molina. Ella, literalmente, se crió en el mercado de Santa Clara. Su sombrero y mandil azules hacen juego con la sonrisa contagiosa que la caracteriza. La mujer, de 55 años, recordó que hasta hace 15 años vendía frutas, verduras, legumbres en los exteriores. Pero ella y otras 31 comerciantes ingresaron al Mercado.  Nos han dado cursos de manejo de productos y trato al cliente, cuenta, mientras vende un dólar de aguacates. Doña Blanquita, como la conocen, llegó a ser dos veces presidenta de la asociación de comerciantes. En las dos plantas del Mercado laboran 241 socios.

En la parte alta funciona un centro de educación inicial y uno de salud. Más al norte de la ciudad, en la Iñaquito y Villalengua, está otro centro de expendio que fue parte de la expansión urbana, el mercado de Iñaquito. Los frigoríficos en los puestos de pollos y mariscos; además de los quioscos de estructura metálica con vidrio, dan una imagen moderna de este centro que cumplió 37 años.

Este cambio se materializó hace 12 años. Hugo Molina tiene su local de venta de mariscos. Dos frigoríficos y una refrigeradora son parte del mobiliario de su puesto. Los camarones, conchas, picudos y ostiones son parte de la oferta. Luciendo las clásicas ‘botas siete vidas’, recuerda que en su lista de clientes constan futbolistas como Néicer Reascos o el ex atacante albo Hernán Barcos.

 

FUENTE ORIGINAL: http://patrimonio.elcomercio.com/patrimonio-contemporaneo/mercados-de-inaquito-y-santa-clara/historia#.WvYkvKQvzIU

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Novedades, Quito Colonial, on 9 mayo 2018, by , 0 Comments

En el año 1950 en el centro de la ciudad de Quito, funcionaban por separado dos ferias al aire libre en donde los habitantes se proveian de toda clase de productos alimenticios, la una en la plaza La Marin  y la otra en la plaza de san Blas.
En un lamentable incidente en una de las cobachas donde expendian abastos se produjo un incendio que consumio  casi todos los puestos que conformaban la feria de San Blas, quedando de esta manera varias familias seriamente afectadas por la falta de un sitio para trabajar.
Los comerciantes de la feria de La Marin se solidarizaron y temiendo que lo mismo les pueda suceder decidieron unirse para solicitar a las autoridades municipales la donacion de un terreno donde puedan construir un mercado.
Todo el sacrificio de este grupo de personas dio sus frutos cuando el Alcalde electo de ese entonces el Dr. Carlos Chiriboga Villagomez  les entrega en propiedad el terreno conocido como el Toril pues ahi se faenaba reses  (El Camal) ubicado en las calles Manabi y Av. Pichincha.
Luego de recibir este terreno y gracias al apoyo del señor Mantilla, propitario fundador de la empresa El Comercio, de su garantia para que el Banco La Previsora otorge un prestamo  que fue cancelado por los comerciantes, para la construccion del edificio que lleva por nombre hasta la actualidad  Mercado Central de Quito.
El 26 de Febrero de 1.952 el mercado habre sus puertas a toda la ciudadania.
Fuente original: http://mercado-central-quito.globered.com/categoria.asp?idcat=22
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Posted in Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 10 abril 2018, by , 0 Comments

En el norte, sur o centro de la ciudad hay locales donde se puede saborear una variedad de combinaciones de queso, salami, pollo, jamón, tomate y otros productos cubiertos con rodajas de pan.

La diferencia está en la preparación. El secreto está relacionado con los ingredientes. A cualquier hora, es frecuente ver a las personas ingresar a estos lugares para calmar el hambre. Los sánduches se combinan con bebidas gaseosas, un humeante café o un nutritivo jugo de tomate o de otra fruta. El precio va desde USD 1,50 hasta USD 13. Depende de la combinación de ingredientes, el tipo de pan y del tamaño. A Mario Real, por ejemplo, le gusta comer un sánduche en pan suave a media mañana.

“Es como un matahambre. Aunque es suficiente para no almorzar”, dice el empleado público, que frecuenta los locales del Centro Histórico. En el local El Pretil, Alicia Guevara, por tradición, no pone ni lechuga ni mayonesa en el sánduche de pernil. Lo único que se agrega es el tomate y la cebolla colorada. Para que no quede muy seco, añade ají. En cambio, Juan Meneses, en la Casa del Sánduche, lo sirve con una salsa especial y en un pan escogido por el cliente. Así, en toda la ciudad hay locales especializados en ofrecer este tipo de comido.

 

A Don Soto, bajo el Puente del Guambra, en El Ejido, llegan en su mayoría los universitarios. Ellos aprovechan las horas libres. Usted escoja el local, el tipo de sánduche, la bebida y la hora para servirse. Aquí le presentamos algunas propuestas. En el sánduche de pernil no se pone mayonesa

http://www.elcomercio.com/actualidad/quito/sabor-de-sanduches-singular.html

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Restaurante, Turismo, on 4 abril 2018, by , 0 Comments

Una paila de bronce gira. Contiene jugo de frutas, hielo y sal en grano. He ahí la clave para preparar el tradicional helado de paila. En Quito existen varios lugares en donde degustar este postre, desde el norte hasta el sur, cada uno con su particularidad. En el norte de la ciudad, a 100 metros del Colegio Francés, se encuentran los Helados de paila Pomasqui. El local ofrece más de 80 sabores. 11 tradicionales como mora y guanábana; 10 de temporada como borojó y arazá. Además, más de 60 gourmet que se realizan bajo pedido y abarcan una gama amplia de sabores inusuales como chicha de jora, perejil o champagne con rosas. “Se puede hacer helado de todo lo que se pueda comer”, dice Cristina Cabezas, hija de José, dueño del local. José comenta que aprendió a elaborar este postre con su esposa Miriam Álvarez y su suegra Olga Echeverría, bisnieta de Rosalía Suárez. Echeverría fue, según cuentan, la primera en introducir esta tradición a Quito.

Cabezas elabora este postre por más de 25 años en Pomasqui, luego de que en 1990 un terremoto de 4.9 grados sacudió la zona. “Somos artesanos”, dice el heladero. Se trata de un oficio transmitido a sus hijos, quienes ya tienen otros dos locales: uno en la Isla Genovesa (norte de Quito) y otro en Nayón (nororiente). Actualmente, realiza los trámites respectivos para exportar sus productos. El recorrido continúa, y el nombre Rosalía Suárez vuelve a sonar. Ernesto Álvarez, es la sexta generación que mantiene la tradición.

“Mi ‘chusabuela’ puso un recipiente con jugo sobre el granizo y se hizo helado. Poco a poco la técnica se perfeccionó, hasta conseguir este postre”, narra. El local del ‘chusnieto’ está ubicado en la Real Audiencia y Cristóbal Tuquiri. Se llama Los legítimos helados de paila ‘Herencia Ibarreña’. Álvarez aprendió el oficio de su abuelo homónimo, quien tiene un local en La Concepción, uno de los más populares de la ciudad, con más de 30 años. Según él, lo que marca la diferencia en su receta es el cariño que le pone desde la elección de la fruta en el mercado de San Roque.

Pero si se habla de helados con enfoque internacional hay que nombrar a  Helados de paila La Quinta, ubicados dentro del Mercado Artesanal, en el centro norte de la capital.  El centro de artesanías tiene un constante flujo de turistas internacionales. Francisco Tamayo, quien atiende en el puesto de helados, cuenta que su primo Miguel Caicedo lleva 13 años en el local. Ellos aprendieron la tradición en Ambato. Han participado con sus postres en ferias nacionales como la de Durán pero, actualmente, se preparan para llevar su producto al exterior. Sergio Garzón, dueño del local Helados Los Alpes, en la calle Chilibulo, al sur de Quito, permanece en el sector desde hace más de 27 años. Comenta que el objetivo de usar sal en grano es bajar la temperatura del hielo, gracias al sodio.

Él se demora 30 minutos en preparar seis litros de helado. “Estos helados nunca fueron hechos en paila” dice Alegría Salazar, quien lleva más de 50 años a la cabeza de los Helados Amazonas, ubicados en el camino viejo a Cumbayá. Aunque muchas personas los conozcan como ‘de paila’, se preparan en máquinas de hierro. Para ella, lo que marca la diferencia es conocer las frutas. “Hay tres clases de guanábanas y cinco clases de mora”, explica Alegría con una sonrisa, pero no todas sirven para los helados. En el local se llegan a ofrecer hasta 40 sabores.

De granadilla, higos, piña con naranja, limón, los hay de cualquier fruta y son un postre refrescante y natural. Además de los locales, decenas de artesanos deambulan por la ciudad con un carrito dotado de una paila el hielo y la fruta. Generalmente recorren el Centro Histórico. Sin embargo, no faltan los que visitan las inmediaciones de los centros educativos y parques.

Fuentehttp://www.elcomercio.com/tendencias/heladospaila-sabores-quito-fruta-postres.html. 

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Posted in Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 30 marzo 2018, by , 0 Comments

La gastronomía quiteña así como su oferta está ligada a los distintos procesos históricos de Quito y es un referente del crecimiento de la urbe. Mientras en los siglos XIX y XX, el desarrollo en la oferta fue lenta, desde la segunda mitad del XX y la primera del XXI, este proceso se aceleró. La ciudad pasó de un registro, en el XIX, de 36 fondas en el Centro Histórico, a un desarrollo hotelero atado a restaurantes con una influencia de las cocinas francesa e italiana.

De acuerdo con los datos históricos, recuenta Miguel Burneos, coordinador del programa Rescate de los Sabores Tradicionales del Ecuador, la ciudad ha contemplado entre sus menús el platillo denominado cochinilla, pasando por la comida popular, la influencia norteamericana y, actualmente, el objetivo de promover la comida ecuatoriana.

La evolución de la comida en la capital también da cuenta de que en la primera década del siglo XX se intensifica la migración del Centro hacia el sector de La Mariscal. En El Ejido, por ejemplo, se abre la cafetería el Infierno Guayaquileño, Helados Patito, etc. El sushi se desenrolla en la rutina de Quito Perú lidera la lista de los 50 mejores restaurantes de América Latina Un sitio para la comida afro, chola y montubia En la primera década del siglo XX, también, el sur empieza a crecer con la llegada del ferrocarril a Quito (1908). Años más tarde, en sectores como la Michelena y La Magdalena, se prepara y oferta el caldo de 31 y la tripa mishque. Burneos comenta que estos platillos dan cuenta de un proceso migratorio desde varias provincias. Por otro lado, aparecen restaurantes como Chalet Swiss. Uno de los sitios tradicionales que se inauguró en esta época fue Sánduches de Don Soto, en 1939. En 1960, La Mariscal ya se consolidó como una zona de comercial. En la actualidad tiene 4 000 locales. También, desde mediados del siglo XX, Quito experimenta una mayor oferta hacia el norte. Uno de los puntales fue la apertura del Centro Comercial Iñaquito, en 1967.

Fuentehttp://www.elcomercio.com/actualidad/gastronomia-quitena-seducir-sabores.html

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