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Quito Colonial

Posted in Historia Quiteña, Quito Colonial, Turismo, on 15 mayo 2025, by , 0 Comments

A diferencia de los museos tradicionales que organizan sus colecciones de forma cronológica, la Casa del Alabado presenta sus piezas según la cosmovisión andina, dividiendo el recorrido en tres mundos simbólicos:

  • Inframundo: Representa lo ancestral y lo oculto. Aquí se exhiben piezas funerarias y esculturas en piedra que evocan los orígenes y rituales relacionados con la muerte.
  • Mediomundo: El espacio de lo cotidiano y lo terrenal. Se destacan objetos utilitarios y ceremoniales elaborados en cerámica, concha y metal, reflejando la vida diaria y las prácticas culturales de diversas civilizaciones.
  • Supramundo: Dedicado a lo espiritual y lo divino. Las salas albergan figuras de chamanes, deidades y símbolos que ilustran las creencias y mitologías de las culturas precolombinas.

Esta organización temática permite al visitante establecer conexiones profundas entre las piezas y comprender la riqueza simbólica de las antiguas culturas del Ecuador.


Un espacio histórico con alma

La edificación que alberga el museo data de 1671 y es una de las más antiguas de Quito. Su restauración ha respetado la arquitectura original, conservando patios interiores, balcones y detalles coloniales que enriquecen la experiencia museográfica. El nombre «Casa del Alabado» proviene de una inscripción en el dintel de la entrada que reza: «Alabado sea el Santísimo Sacramento».


Información práctica para el visitante

  • Dirección: Calle Cuenca N1-41, entre Bolívar y Rocafuerte, a pocos pasos de la Plaza San Francisco.
  • Horario: Miércoles a domingo, de 9:00 a 17:30.
  • Tarifas: Entrada general $6; adultos mayores nacionales $3; menores de 4 a 12 años y estudiantes con carné $2. Personas con discapacidad, guías nacionales de turismo y niños menores de 4 años tienen entrada libre.
  • Servicios: El museo cuenta con visitas guiadas, audioguías, una sala para exposiciones temporales, espacios educativos, una tienda y un café.

Una experiencia imperdible

Visitar la Casa del Alabado es sumergirse en la esencia del arte precolombino y comprender la profundidad de las culturas que habitaron el territorio ecuatoriano. Es una parada obligatoria para quienes desean conectar con el pasado ancestral de los Andes y apreciar la maestría artística de sus pueblos originarios.

Para más información y planificación de tu visita, puedes acceder al sitio oficial del museo: alabado.org.

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Novedades, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 6 marzo 2019, by , 0 Comments

Manuela de la Santa Cruz y Espejo (20 de diciembre de 1753 –  1829) prócer de la independencia de Ecuador. Nació en Quito. Su padre Luis Chuzig, un hombre de origen indígena, y su madre María Catalina Aldás, una mujer mulata nacida de una esclava liberta. Se crió en un ambiente humilde, su madre ordenaba a sus hermanos que le enseñaran a Manuela lo aprendido en la escuela debido a las restricciones y dificultades para que las mujeres asistieran a los centros educativos. Gracias a sus hermanos Manuela acumuló importantes conocimientos.

Manuela fue hermana del célebre médico y filósofo ilustrado Eugenio de la Santa Cruz y Espejo, considerado también prócer de la independencia de Ecuador, con quien compartió un notable gusto por la medicina y las ciencias. Su formación se reforzó gracias al científico Lorenzo Heinster, que le heredó veintiséis volúmenes sobre temas médicos. La joven acostumbraba a leer por largas horas en la pequeña biblioteca de su casa. Cuando tenía 44 años casó con el joven jurisconsulto José Mejía Lequerica quien tenía 21 años, la boda se celebró en la iglesia de El Sagrario, siendo los padrinos Juan de Dios Morales y su esposa, María Oleas.

Una de las motivaciones de este matrimonio fue su pasión por el pensamiento ilustrado y los temas científicos que el matrimonio tenía en común, pero la felicidad terminó cuando Mejía se trasladó como diputado a las Cortes de Cádiz y nunca más volvió a buscar a su esposa, luego José Maria comenzó una relación con la joven andaluza Gertrudis Sanalova y Benito, a quien dejó como su heredera al morir. Debido al abandono, Manuela pasó a vivir con la familia de Juan de Dios Morales, futuro prócer independentista. Esta situación sirvió para lo que en un futuro sería el camino de Manuela.

Con los conocimientos adquiridos luego de graduarse como medicina en la Universidad de Quito, Manuela acompañó a su hermano Eugenio en calidad de enfermera durante las visitas médicas que éste realizaba. En el momento en que Quito y otras ciudades fueron azotadas por la fiebre amarilla en 1785, Manuela aportó incansablemente en el tratamiento de esta problemática. Por esta situación ha sido considerada la precursora de la enfermería en el territorio ecuatoriano. Otro de los motivos por los cuales fue muy admirada: su gran bondad y entrega a los enfermos.

Colaboró en el diario Primicias de la Cultura de Quito pero tuvo que hacerlo bajo el seudónimo de “Erophilia”, debido a las fuertes restricciones que no permitían que las mujeres realizaran publicaciones. Manuela aprovechó para defender a sus hermanos perseguidos por las autoridades españolas y publicaba manifiestos en los que mostraba su postura y compromiso con la lucha de la mujer en búsqueda de un trato equitativo, también alzó su voz en favor de los más desposeídos. Manuela es considerada la primera mujer periodista del Ecuador y pionera de los movimientos feministas y sociales en el país.

La mujer participó en como miembro en el círculo independentista que se creó alrededor de sus hermanos Eugenio y Juan Pablo, aporto activamente de las reuniones y su figura discreta le sirvió para ser un puente entre los conspiradores. Se mostró valiente cuando tuvo que defender a sus hermanos cuando fueron perseguidos, pagando abogados y acompañándolos en los encierros. Realmente la labor de sus hermanos por la independencia de la patria no hubiera podido concretarse sin la ayuda de esta ilustre mujer.

Manuela Espejo logró antes de su muerte en la ciudad de Quito en el año 1829, a la edad de 76 años, ver el sueño de la Independencia convertido en realidad, ver todo su trabajo y entrega por una causa concretada. Toda su labor le ganó la admiración de la población ecuatoriana y también un importante puesto en la historia nacional y de la independencia de Ecuador. Es considerada una de las pensadoras más importantes del continente americano y pionera en el campo del feminismo, su carácter fuerte le ayudaron a sobrellevar las cargas del patriarcado, logrando salirse de cierto modo de los códigos morales impuestos a las mujeres de la época.

En muchas ocasiones la figura de Manuela fue reconocida a través de la figura de su hermano Eugenio Espejo. Realmente, no se le ha dado el valor que se merece y usualmente muchos historiadores la ubican detrás de Eugenio Espejo. Definitivamente, en sus escritos demuestra la exaltación de Quito, especialmente en el campo cultural; en donde realizaba una gran valoración de los artesanos, pensadores, escritores, políticos y artistas. También cuestionó el sistema colonial español presente en toda América latina.

A pesar de que Manuela de la Santa Cruz y Espejo escribió bajo un seudónimo es considerada la primera mujer periodista de Quito. Se caracterizó por la defensa de sus ideales, donde exigía mayor participación de la mujer en la educación universitaria, en las manifestaciones culturales y políticas. Su gran habilidad para argumentar fue un aporte importante en el avance de las ideas liberales de Ecuador.

FUENTE: https://historia-biografia.com/manuela-de-la-santa-cruz-y-espejo/

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Posted in Cocina Quiteña, Novedades, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 6 marzo 2019, by , 0 Comments

(Olmedo, 1909 – 2009) Activista ecuatoriana, destacada líder del movimiento indígena que se desarrolló en Ecuador entre las décadas de 1920 y 1970.

La infancia de Tránsito Amaguaña, hija de los indígenas huasipungueros Venancio Amaguaña y Mercedes Alba, transcurrió en una hacienda de Cayambe, en una época de intensa conflictividad social. La madre de Tránsito se destacó por ser una de las cabezas visibles del movimiento indígena, camino que más tarde seguiría su hija.

Tránsito Amaguaña sólo asistió seis meses a la escuela, durante los cuales aprendió los rudimentos de la lectura y la escritura antes de empezar a trabajar como sirvienta para los dueños de la hacienda. Cuando cumplió los catorce años de edad, contrajo matrimonio; tuvo cuatro hijos varones y comenzó a asistir a reuniones en Quito para defender la causa indígena. Ante la oposición de su esposo a su actividad política, se separó y pasó a vivir con su madre.

En 1936, los indígenas lograron que el Código de trabajo, al igual que la Ley de comunas de 1937, reuniera por primera vez, y bajo el amparo de los sindicatos, una serie de normas para reglamentar el trabajo agrícola, las relaciones entre peones y patrones y la defensa de las tierras comunales. Este logro permitió que se prestara más atención a la causa indígena y a sus organizaciones.

En sus muchos viajes a Quito, Tránsito Amaguaña entabló amistad con Dolores Cacuango, y ambas, a partir de 1946, organizaron las escuelas bilingües indígenas, con el apoyo de la dirigente política y maestra Luisa Gómez de la Torre, quien las administraba secretamente, puesto que no eran reconocidas por el gobierno de la época. El propósito de Gómez de la Torre era que los propios indígenas fueran los que dirigieran las escuelas, como efectivamente hicieron.

En 1944, el movimiento indígena respaldó a José María Velasco Ibarra, quien, ya en la presidencia, reconoció oficialmente las organizaciones indígenas campesinas, como la Federación de Indígenas del Ecuador. En 1954, Tránsito Amaguaña apoyó la organización de los campesinos de la costa, que fundaron la Federación Ecuatoriana de Trabajadores Agrícolas del Litoral.

Su capacidad de liderazgo la llevó en 1962 a representar a los indígenas del Ecuador en la Unión Soviética y en Cuba. A su regreso fue arrestada bajo la acusación de haber traído armas soviéticas y dinero. Después de ser liberada, fue llevada al Ministerio de Gobierno para firmar un documento en el que se comprometía a abandonar su activismo; ella rechazó la proposición y continuó consagrando todas sus fuerzas a hacer realidad las reivindicaciones de los indígenas.

Tras la intensa lucha de Tránsito Amaguaña y de los indígenas de Cayambe, la Ley de reforma agraria dictada por la junta militar que derrocó a Velasco Ibarra permitió a aquéllos recuperar haciendas de manos de la Asistencia Pública. Ganadora del Premio Manuela Espejo de Quito en 1997 y del Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo en 2003, su vida constituye un testimonio ejemplar de la labor de los movimientos indígenas campesinos en el Ecuador.

FUENTE: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/amaguana.htm

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Quito Colonial, Restaurante, on 17 septiembre 2018, by , 0 Comments

El locro de papas es un plato que ha viajado a través del tiempo, un plato ancestral, al cual se le han sumado ingredientes adoptados del viejo mundo como la cebolla, la leche y el queso, pero en su esencia sigue siendo el guiso espeso de papas que los aimaras preparaban y luego los incas. Los cuales también, a veces, le ponían maíz, charqui (carne seca) o zapallo y siempre, ají.

El locro es emblemático de la Sierra ecuatoriana, se hace con una papa de mediano tamaño llamada papa chola locrera, que tiene la particularidad de soltar bastante almidón, lo que da como resultado una sopa espesa. Las papas se cortan en dos tamaños diferentes, para que los trozos mas pequeños se deshagan y los grandes se vean en el plato. El locro de papas se sirve acompañado de trocitos de queso fresco, tajadas de aguacate y salsa de ají. A este mismo locro se le pueden añadir también otros vegetales como choclo, zapallo, acelgas, habas o sambo (alcayota en Chile), adoptando así el nombre del vegetal añadido, como “locro de choclo”  o “locro de acelgas” por ejemplo, y donde siempre la papa estará presente como base de la preparación.

Es una sopa realmente deliciosa, aquí en la casa la hacemos muy seguido y nunca falta en las cartas de la mayoría de los restaurantes de todo el país.

Dos salsas de ají para acompañar este plato: Salsa de Ají y Ajicero Criollo

FUENTE: http://www.confiesoquecocino.com/locro-de-papas/

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Mercados de Quito, Novedades, Quito Colonial, Restaurante, on 1 agosto 2018, by , 0 Comments

La quinua fue cultivada en los Andes bolivianos principalmente y también en los ecuatorianos y peruanos desde hace unos 5.000 años. Este cultivo, al igual que la papa fue uno de los principales alimentos en muchos pueblos andinos de la antigüedad preinca.

Son muchos los nombres con los que se denomina a la quinoa siendo el mas conocido el de quinua o arroz andino . Su nombre científico es Chenopodium Quinoa. En quechua, se conoce también a la quinoa como: Ayara,
La quinoa, alimento sagrado en la época de los Incas. La quinua es un producto de la tierra que se cultiva en Bolivia, Perú y países aledaños. Su cultivo se remonta al Imperio de los Incas. Fue considerado un alimento sagrado, siendo, junto a la papa, la base de la agricultura andina imperial.Bolivia, un país sudamericano, con regiones altiplánicas; es cuna de uno de los alimentos más apreciados de los que dispone la humanidad. Sus áreas de cultivo se encuentran a más de 3,500 metros de altura, principalmente en los departamentos de Oruro y Potosí de los cuales procede la mejor quinua del mundo.
La quinua (Chenopodium quinoa) es un pseudo-cereal, rico en proteínas (14%) que se desarrolla bajo los extremos condiciones agroecológicos de un desierto de altura, con una precipitación anual de apenas 250 mm, alrededor de 210 días de heladas al año y unos suelos arenosos, pobres en nutrientes y materia orgánica.
A pesar de estas condiciones adversas, es precisamente aquí donde crece la quinua ­ el grano sagrado de los aymaras. Sin embargo, para que este grano pueda ser consumido por el ser humano, en primera instancia debe sufrir un proceso de desaponificación, mediante el cual se remueve mecánicamente la capa amarga de saponina que recubre el grano en la parte exterior.
Desde el punto de vista de su variabilidad genética puede considerarse como una especie oligocéntrica, con centro de origen de amplia distribución y diversificación múltiple, siendo la región andina y dentro de ella, las orillas del Lago Titicaca, las que muestran mayor diversidad y variación genética.Una evidencia del uso de la quinua se encuentra en la cerámica de la cultura Tiahuanaco, que representa a la planta de quinua, con varias panojas distribuidas a lo largo del tallo, lo que mostraría a una de las razas más primitivas.
A la llegada de los españoles, la quinua tenía un desarrollo tecnológico apropiado y una amplia distribución en el territorio Inca y fuera de el. El primer español que reporta el cultivo de quinua fue Pedro de Valdívia quien al observar los cultivos alrededor de Concepción, menciona que los indios para su alimentación siembran también la quinua entre otras plantas. Posteriormente, Bernabé Cobo, confunde la quinua con la Kiwicha e indica que la quinua es una planta muy parecida al bledo de Europa. Garcilaso de la Vega, en sus comentarios reales describe que la planta de quinua es uno de los segundos granos que se cultivan sobre la faz de la tierra denominada quinua y que se asemeja algo al mijo o arroz pequeño, y hace referencia al primer envío de semillas hacia Europa, las que desafortunadamente llegaron muertas y sin poder germinar, posiblemente debido a la alta humedad reinante durante la travesía por mar.Posteriormente, Cieza de León (1560), indica que la quinua se cultivaba en las tierras altas de Pasto y Quito, mencionando que en esas tierras frías se siembra poco maíz y abundante quinua. También Patiño (1964), menciona que en sus revisiones sobre La Paz, se habla de la quinua como una planta que servía de alimento a los indígenas (Jimenes de la Espada, 1885, II, 68) y finalmente Humboldt, al visitar Colombia indica que la quinua siempre ha acompañado y seguido a los habitantes de Cundinamarca.

FUENTE:  http://laquinuareal.blogspot.com/2010/06/historia-y-origen-de-la-quinua-o-quinoa.html
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Posted in Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 26 julio 2018, by , 0 Comments

Las tatarabuelas del iPad y de los demás reproductores musicales, las rocolas, están en decadencia después de casi 70 años de ser el alma de la fiesta en las tiendas y cantinas más tradicionales de Quito. La pregunta del millón es ¿qué pasó con las rocolas? Pues se han convertido en adornos en negocios y domicilios. En materia de rocolas, quién mejor que Don Vicente Quillupangui, un experto en el tema. Ha ensamblado y reparado estos reproductores por más de 40 años. Es el único en la ciudad que se dedica al oficio y recuerda que las rocolas existían antes de la Segunda Guerra Mundial y eran fabricadas en Estados Unidos y Alemania. Para quienes no sabían de qué estamos hablando, estos reproductores son aparatos de grandes dimensiones que (según su tamaño) guarda una cantidad de discos de acetato de 45. Tiene una apertura donde se inserta una moneda y teclas para digitar el código del disco que se desea ¿y después? Nada, ¡a disfrutar de la música se ha dicho!

Estos aparatos tardaron 20 años en llegar al país y animaban el ambiente de los bares, cantinas y fondas quiteñas a partir de los años 60 al ritmo de pasillos, boleros, san juanitos y hasta rock clásico. “En esa época era caras, valían más que mi camioneta, costaban más de 1000 000 sucres”, recuerda Quillupangui. En 1965, unos empresarios colombianos fundaron en Quito la ensambladora de rocolas System Ecuatoriana. La compañía quebró en 1970 y llevaron todos los equipos a Guayaquil donde “había gente con más dinero y luego hasta empezaron a importar”, señala Quillupangui, exempleado de la empresa. Con la llegada de aparatos  más modernos, como los equipos de sonido, las rocolas  fueron refundiéndose poco a poco en los rincones de bares, casas, etc.  Según Quillupangui, “ahora les tienen como un adorno de lujo. Cuando entran a un lugar y ven a una : los adultos se alegran, pero los niños y jóvenes ya ni saben ni qué es”.

Sin embargo, para un mercado más exigente se abrió una nueva oferta de modernas rocolas. que se caracterizan por su potencia, su calidad y, sobre todo,  su tecnología. Un ejemplo de esto es  Tecno Rockolas es una empresa ubicada en el estado de Nuevo León, México, que se dedica a la fabricación y distribución de estos aparatos. Estas vienen con todos los ‘juguetes’ incluidos. Tienen un disco duro de 1TB, monitor LCD de 20 pulgadas, mezcladora amplificada de 4 canales con lector USB y SD, dos micrófonos inalámbricos, teclado numérico y hasta un buscador por género, artista, abecedario y nombre.  Esta es una muestra de cómo la tecnología se ha apoderado de todo, incluyendo a uno de los primeros reproductores musicales. “Estos fueron los primeros robots que hicieron los gringos, a raíz de la fabricación de la rocola inició la era de la robotización”, señala Vicente Quillupangui. Y para no quedarse con las ganas de tener uno de estos aparatos, o lo más parecido a uno, también hay una propuesta local. En Radio Shack ofrecen parlantes Bluetooth con el estilo de una rocola iluminada que tiene 83 cm de alto. Si el destino de las rocolas fue terminar como un adorno, pues debe ser como uno de lujo. Además de acetatos repletos de buena música, guardan tradición e innumerables historias de los clientes de las tiendas y cantinas de una ciudad colonial.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: https://www.elcomercio.com/afull/rocolas-quito-adornos-reparacion-musica.html

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Posted in Cocina Quiteña, Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 11 julio 2018, by , 0 Comments

Posiblemente, se encuentre en Asturias puesto que desde hace siglos, siempre que se citaba el arroz, estaba directamente relacionado con la leche. Al igual que otros muchos platos tradicionales, surgió como respuesta creativa para aprovechar las sobras de otros alimentos. Y es que, es uno de los postres más fáciles de realizar ya que se cuece el arroz en leche, azúcar y canela.

Cuando todavía no se había inventado el azúcar, la receta se realizaba con miel. Con el paso de los años, ésta sería sustituida por el azúcar de caña a finales del siglo XIX. No sería hasta el siglo XX cuando aparecería en los hogares y en las casas de comida el azúcar blanco, que se usaría para realizar la receta tal y como conocemos hoy en día.

 

FUENTE: https://www.casaalberto.es/blog/213-el-origen-del-arroz-con-leche.html

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