La tercera fue la vencida. Corría el año 1961 y el sacerdote Francisco Fernández, que pertenecía a la orden franciscana, buscaba una imagen para que Quito la idolatre. Sí, una imagen que conectara con la fe de los quiteños.
Intentó con la Virgen de Fátima, pero no funcionó: no convenció. Probó con la Virgen de Lourdes, pero tampoco. Mientras divagaba pensando en una tercera opción, observó que en la sacristía (habitación que, en las iglesias, está destinada para guardar los elementos necesarios para la misa) de la iglesia San Francisco de Quito, reposaba, abandonada, una escultura de Jesús de Nazaret. Fue diseñada en el siglo XVII -con palo de balsa- por un padre del que sólo se conoce su nombre: Carlos.
Desde ese instante, la tuvo clara: sacaría esa escultura a las calles de Quito para lograr adeptos. Con una pequeña variación en el nombre: en adelante llamaría a ese retrato “Jesús del Gran Poder” (en honor al pasaje bíblico -Mateo 28:18- en el que Jesús dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”).
“La imagen ‘pegó’ porque (el Padre Francisco Fernández) la promocionó. Iba a lavanderías públicas y a mercados para enseñarla al pueblo”, cuenta el padre Jorge González, quien por entonces era su adolescente ayudante y actualmente es quien dirige la procesión Jesús del Gran Poder.
El Padre Francisco Fernández al principio “se inventaba” supuestas peticiones que la agente le hacía al Jesús del Gran Poder (para fingir popularidad) y leía sus invenciones durante las misas. Luego no fue necesario mentir. La devoción creció a una escala tal que los feligreses en verdad comenzaron a hacerles pedidos a la escultura religiosa.
Ese mismo año, en 1961, se realizó la primera procesión cargando la imagen del Jesús del Gran Poder. Desde entonces, se la ha realizado anualmente, todos los Viernes Santos, para recordar la muerte de Jesús.
Los cucuruchos son uno de los principales personajes de esta peregrinación. Ellos salen a caminar descalzos, cubriendo un traje morado que los mantiene en el anonimato. Salen dispuestos a expurgar sus pecados.
Según el Padre González, la Iglesia actualmente no promueve las autoflagelaciones durante las peregrinaciones. Son los mismos feligreses –dice- quienes optan por estas prácticas y eso “está fuera de nuestras manos”.
Lo dice mientras camina por las instalaciones del Colegio Franciscano San Andrés, donde él trabaja y supervisa las emociones de sus estudiantes.
“Suéltela”, le ordena a un chico que abraza a una chica; “¡Despacio! Paz y bien, hermanos” a unos niños que corretean en las gradas; “Días de Dios”, a alguien que luce molesto. El Padre González no sólo es quien mañana, desde las 12:00, liderará la procesión de Jesús del Gran Poder. También es el regulador de las emociones de cientos de chicos que, a diario, realizan otro tipo de peregrinaje, uno no-religioso pero igual de complejo: el colegial.
En diversas comunidades católicas se harán ceremonias para recordar este suceso. Entre los actos principales del día constan la bendición de las palmas, la procesión, la misa y la lectura del relato de la Pasión de Jesús, que se hace en la misa, se indica en el portal Aciprensa.
La bendición de los ramos y palmas se hace antes de la procesión. Ahí se instruye a los fieles a que conserven en sus casas los ramos bendecidos, como recuerdo de la victoria pascual de Jesús, se dice.
“Bendito el que viene como Rey en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto” era el grito de quienes alfombraban el camino por el que pasaría Jesús, según el evangelio de San Mateo. Esta frase resurge hoy en diversas localidades católicas del mundo, cuando con el Domingo de Ramos se recuerde la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
¿Qué se celebra el Domingo de Ramos?
La celebración del Domingo de Ramos se basa en los pasajes de cuatro evangelios (Mateo 21:1-11, Marcos 11:1-11, Lucas 19:28-40 y Juan 12:12-19) que tratan sobre la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén luego de pasar 40 días en el desierto. Cristo entró a la ciudad montado en un burro, pese a que sabía el sufrimiento que le esperaba.
En el evangelio de San Juan se cuenta que cuando Jesús regresó a Jerusalén, grandes multitudes “tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle y clamaban: Hosanna, Bendito el que viene en el nombre del Señor y Rey de Israel”.
Para conmemorar el Domingo de Ramos, los fieles católicosparticipan en procesiones con sus ramos. En este día se celebra una misa especial durante la cual se lee el evangelio que corresponde a los capítulos de la Pasión de Cristo y que rememoran las vivencias de Jesús desde la Última Cena hasta su crucifixión y posterior resurrección.
En la ceremonia religiosa se realiza la bendición de los ramostradicionalmente creados con palma de cera. Sin embargo, en los últimos años en el país se ha pedido reducir el consumo de esta planta por el alto impacto ecológico que representa.
Desde hace por lo menos dos años se comercializan en los países atados más ecológicos creados con plantas como maíz, totora, romero, rosas, albahaca, romero y más diversificando así los arreglos para esta celebración.
A nivel mundial, los rituales que se realizan por el Domingo de Ramos son muy similares. Los fieles caminan con sus palmas en una tradición que, según National Geographic, data de siglo IV y entonan cantos. Sin embargo, hay países en los que las tradiciones tienen sus propios toques.
En Israel, por ejemplo, de acuerdo a un artículo de Huffington Post en Español, la procesión se realiza en Jerusalén con palmas y ramas de olivo. En ella hay cánticos y rezos, parte desde la iglesia de Beftage en Betania hasta la Ciudad Vieja jerosolimitana y reúne a cristianos de Israel y Palestina.
Posteriormente los religiosos ingresan a la iglesia del Santo Sepulcro como un símbolo de inicio de la Semana Santa. En el Vaticano, se acostumbra que la misa del Domingo de Ramos sea conducida por el Papa. En este 2018 el sumo pontífice realizará la Bendición de los ramos, la procesión y la Santa Misa en la Plaza de San Pedro.
A nivel mundial, lo más variante respecto al Domingo de Ramos es el tipo de ramo que se arma, pues la planta utilizada puede depender del país, aunque lo tradicional es el uso de la palma. Esta se da en climas tropicales por lo que países como Rusia se adaptan y utilizan en su lugar ramas de sauce, una de las primeras plantas que florece en primavera.
Durante la Semana Santa se conmemoran los actos religiosos más importantes para los cristianos ya que es un tiempo para reafirmar la fe y recordar cuales son las bases sobre las que se fundamentó el cristianismo.
Por ello, en los diferentes actos religiosos se acostumbran a usar diferentes símbolos referentes con la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Palmas y ramos
Las palmas y ramos son símbolos de victoria. Cuando Jesús llegó a Jerusalén, montado en un burro, fue recibido por una multitud de personas que entonaban cantos y tenían consigo palmas o ramos con el fin de saludar y felicitar al mesías.
De allí, que el Domingo de Ramos los feligreses busquen y bendigan en la misa una hoja de palma o ramo, el cual, tradicionalmente, acostumbran a colocar en las casas a modo de protección religiosa.
El pan y el vino
El pan y el vino simbolizan la vida eterna, el cuerpo y sangre de Jesucristo que fue ofrecido a sus discípulos en la Ultima Cena. También simbolizan la unión de los fieles con su fe cristiana.
El pan representa el cuerpo de Jesucristo entregado a su pueblo, quien lo coma tendrá la vida eterna. El vino simboliza la sangre que derramó Jesucristo por su pueblo, a quien beba de su sangre le serán perdonados sus pecados.
El Jueves Santo se realiza la misa Vespertina de la Cena del Señor, en cuya eucaristía se hace mención del simbolismo del pan y el vino como el cuerpo y sangre que Jesucristo ofreció a la humanidad.
Lavatorio de pies
El lavatorio de pies es un símbolo de humildad y entrega de Jesucristo a los demás, durante la Última Cena él les lavó los pies a sus discípulos como ejemplo de lo que debían poner en práctica a lo largo de su vida, es decir, amor, humildad y servir a otros.
Este acto lo repiten en la eucaristía del Jueves Santo el Papa, los obispos, y párrocos en cada una de las comunidades en las cuales imparten la misa.
La cruz
Para los cristianos la cruz tiene un significado muy valioso, ya que, simboliza tanto el sufrimiento, pasión y sacrificio de Jesucristo por la humanidad como, la salvación, reconciliación y unión con Jesucristo. La cruz es el principal símbolo de la fe e Iglesia Católica.
El Viernes Santo se presenta la Cruz para recordar y agradecer el sacrificio que hizo Jesucristo para limpiar los pecados del mundo.
Cirio Pascual
El Cirio Pascual representa la muerte y resurrección de Jesucristo, la luz y la vida del mundo. El Cirio Pascual es una vela de gran tamaño, de color blanco que tiene grabadas las letras griegas Alfa y Omega, que significan que Dios es el principio y fin de todo.
El fuego que se emplea para encender el Cirio Pascual deriva de las velas encendidas durante la Vigilia Pascual. El fuego del Cirio Pascual es nuevo que renueva la fe, de este fuego, además, se encienden el resto de las velas. Este fuego representa a Jesucristo resucitado y vencedor de las sombras y tinieblas.
El agua bautismal
Durante la noche de Pascua se realizan los bautizos con el fin de incorporar a Jesucristo en la vida de los bautizados. El agua simboliza la vida y es un medio de purificación. El agua bautismal se emplea para renovar los valores cristianos.
El conejo de Pascua
El día de Pascua o Domingo de Resurrección se conmemora la resurrección de Jesucristo. El conejo es un animal que simboliza la vida y la fertilidad. Es decir, la vida de Jesucristo resucitado y la capacidad que tiene la Pascua en sí misma para incorporar nuevos discípulos en el cristianismo.
Quito, ciudad de historia y misticismo, guarda en sus rincones relatos que han trascendido el tiempo. Uno de los más intrigantes es la leyenda del Gallo de la Catedral, una historia que entremezcla la fe, la justicia divina y la picardía de la cultura quiteña.
El Gallo que Observa desde las Alturas
En lo alto de la Catedral Metropolitana de Quito, una escultura de un gallo vigila la Plaza Grande. La leyenda cuenta que este gallo cobró vida una noche para señalar a un clérigo corrupto que había cometido injusticias. Se dice que, cuando la luna llena iluminaba la ciudad, el gallo cantó y batió sus alas, revelando los pecados del religioso ante todos.
Desde entonces, el gallo se ha convertido en un símbolo de justicia y en un recordatorio de que, en Quito, hasta las estatuas tienen algo que decir. Muchos creen que, en noches especiales, el gallo sigue cantando para advertir sobre la hipocresía y la mentira.
Una Parada Obligada: Hasta La Vuelta, Señor
Si te aventuras a recorrer el Centro Histórico de Quito para ver de cerca al famoso gallo, la experiencia no estaría completa sin una visita a Hasta La Vuelta, Señor, un restaurante que, al igual que la leyenda, está impregnado del alma quiteña. Ubicado en el Palacio Arzobispal, este icónico establecimiento es el lugar perfecto para saborear la gastronomía ecuatoriana en un ambiente que rinde homenaje a la historia y tradiciones del país.
Así como el gallo de la Catedral tiene su historia, Hasta La Vuelta, Señor también tiene la suya. Su nombre hace referencia a otra leyenda quiteña sobre un joven que, tras una confesión en la iglesia, fue excomulgado y al intentar regresar, recibió la fría respuesta: «Hasta la vuelta, señor». Hoy, ese mismo nombre invita a los comensales a volver siempre por más de sus exquisitos platos como el seco de chivo, la fritada y la inigualable colada morada en temporada.
Visitar el Centro Histórico de Quito es sumergirse en un mundo donde la historia y la gastronomía se entrelazan, y donde el gallo de la Catedral sigue siendo un testigo silencioso de la vida que transcurre a sus pies. Y si el hambre apremia después de escuchar las leyendas quiteñas, Hasta La Vuelta, Señor siempre estará listo para recibirte con los brazos abiertos y los sabores más auténticos de la ciudad.
En el corazón del centro histórico de Quito, las calles empedradas y los antiguos muros de iglesias esconden historias que, más que ser contadas, se sienten. Una de las leyendas más emblemáticas es la del Padre Almeida, un personaje cuya audacia y espíritu rebelde lo han inmortalizado como parte del alma quiteña. Pero, ¿sabías que puedes sumergirte en esta y muchas otras historias mientras disfrutas de la riqueza gastronómica de Ecuador en Hasta la Vuelta, Señor Restaurante?
La leyenda del Padre Almeida
Cuenta la tradición que el Padre Almeida, un clérigo de la época colonial, tenía una debilidad especial por las noches bohemias. A pesar de los votos religiosos, escapaba del convento trepando por la ventana y aprovechaba la vida nocturna quiteña, repleta de misterio y encanto. Pero siempre regresaba antes del amanecer. En una de estas escapadas, al pasar frente al Cristo de la Iglesia de San Francisco, escuchó una voz que le decía: «¿Hasta cuándo, Padre Almeida?», a lo que él respondió con desparpajo: «¡Hasta la vuelta, Señor!».
Esa frase no solo quedó grabada en la memoria popular, sino que se transformó en un reflejo del espíritu quiteño: irreverente, valiente, y lleno de vida. Hoy, esta leyenda sigue viva, recordándonos que Quito no es solo una ciudad; es un espacio donde las historias se entrelazan con la vida cotidiana.
Donde la leyenda cobra vida
Visitar Hasta la Vuelta, Señor Restaurante es mucho más que una experiencia culinaria; es un viaje en el tiempo. Ubicado en el histórico Palacio Arzobispal, el restaurante combina lo mejor de la gastronomía ecuatoriana con el encanto de las tradiciones quiteñas. Aquí, cada plato es un homenaje a las raíces de la ciudad y al espíritu de quienes han forjado su historia.
Imagina degustar un delicioso seco de chivo, acompañado de una refrescante caña sour, mientras observas la imponente arquitectura colonial que rodea el lugar. Todo está diseñado para que sientas a Quito no solo en el paladar, sino en cada rincón, en cada aroma y en cada detalle que revive las leyendas que nos unen.
¡Quito se vive, pero también se siente!
El Padre Almeida nos enseñó que Quito está lleno de contrastes y emociones. Y en Hasta la Vuelta, Señor Restaurante, estas emociones se mezclan con sabores que conquistan. Desde la tradicional colada morada y guaguas de pan hasta platos emblemáticos como el aguacate relleno de camarón, cada bocado te acerca más al alma de Quito.
No necesitas una excusa para vivir esta experiencia. Ven y descubre por qué Quito no solo es una ciudad para admirar, sino para sentir. Porque como el Padre Almeida, todos tenemos una vuelta pendiente con el pasado, con las leyendas y, por supuesto, con la buena mesa.
¡Te esperamos en Hasta la Vuelta, Señor Restaurante!
Sumérgete en nuestras tradiciones y revive las historias que hacen de Quito una ciudad única. Aquí, entre risas, buena compañía y los sabores más auténticos de nuestra tierra, ¡la leyenda continúa! ¿Qué esperas para sentir a Quito?
Hidalgo fue una revolucionaria e hizo historia varias veces de manera silenciosa. Motivada por su curiosidad, la mujer logró numerosas victorias a lo largo de su vida.
Nacida el 21 de noviembre de 1989, en la ciudad de Loja, Hidalgo creció en el seno de una familia de clase media ecuatoriana. La menor de seís hermanos, fue criada por su madre, Carmen Navarro, después de que su padre, Manuel Hidalgo, falleciera cuando era muy pequeña.
Matilde Hidalgo creció en un mundo que era muy distinto al de hoy en día. Estudió la Primaria en un colegio de monjas hasta los 11 años, cuando terminó sus estudios básicos. Sin embargo, en esos años ese nivel educativo era el máximo al que las mujeres podían aspirar. El sistema educativo no permitía que ingresaran al bachillerato para seguir sus estudios, pues debían prepararse para ser madres y amas de casa.
Pero al acabar la Primaria, Matilde tenía claras sus intenciones de seguir estudiando Secundaria, y así se lo manifestó a su hermano Antonio, que fue siempre su gran apoyo. Para poder cumplir con su deseo, su hermano tuvo que hacer una solicitud especial en el colegio secundario Bernardo Valdivieso.
La solicitud de Matilde era inusual en la época. El director del colegio, tras pensarlo por un mes, la aceptó en su institución. Sin embargo durante esos años Matilde sufrió el rechazo no solo de algunos de sus compañeros, sino de gran parte de sus vecinos, que hasta le prohibieron a sus hijas que jugaran con ella.
Finalmente, Matilde terminó la secundaria. Se graduó con honores y se convirtió en la primera mujer bachiller en Ecuador. Pero Matilde iba por más.
Matilde Hidalgo de Prócel. Foto: Wikimedia
Durante sus años en la secundaria, la joven se interesó mucho por la biología y las ciencias naturales. Por eso cuando decidió que iba a estudiar medicina no sorprendió a quienes la conocían.
La brillante bachiller intentó matricularse primero en la Universidad Central de Quito, pero el decano de Medicina rechazó su petición con el argumento de que debía centrarse en su destino de formar un hogar y cuidar de sus futuros hijos como todas las mujeres ecuatorianas. El directivo intentó convencerla de que estudiara otras carreras como farmacología o enfermería, pues la medicina era todavía una disciplina «para hombres» en Ecuador.
Pero como había hecho para entrar al bachillerato, Matilde no se rindió y recurrió a su hermano Antonio para que le ayudara. Fue a otra institución, la Universidad de Cuenca, y realizó allí la solicitud de matrícula. El rector, tras consultar con el decano de la Facultad de Medicina, la admitió. Una decisión que tiempo después rendiría frutos.
Hidalgo se recibió como médica en 1919 con honores y dos años después, el 21 de noviembre de 1921, finalizó su doctorado y así se convirtió en la primera mujer en Ecuador en recibir ese título. Dos años después de egresar, se casó con el abogado Fernando Prócel con quien tuvo dos hijos: Fernando y Gonzalo.
Además de la medicina, a Matilde Hidalgo le gustaba la poesía y publicó varios poemas en los que abordaba temas como la naturaleza, la ciencia o el amor.
Y solo años después haber recibido su título de doctora en medicina, Matilde Hidalgo estaba lista, de nuevo, para romper con los esquemas y hacer historia en su país.
Para las elecciones legislativas de 1924, Matilde Hidalgo empezó a cuestionar por qué las mujeres no podían ejercer el derecho al voto. Decidió inscribirse en una mesa electoral de su ciudad, pero los jueces no la dejaron.
La respuesta de Matilde Hidalgo de Prócel a esta negativa fue leer, delante de los miembros del órgano electoral, el artículo de la Constitución ecuatoriana que regulaba el derecho al voto, y que decía que “para ser ciudadano ecuatoriano y poder ejercer el derecho al voto el único requisito era ser mayor de 21 años y saber leer y escribir”.
La cosa no quedó ahí. Su solicitud fue elevada al Consejo de Estado, que decidió otorgarle el derecho tras una votación unánime.
Cinco años más tarde, en 1929, el país aprobó el sufragio femenino, convirtiéndolo en el primer país latinoamericano -junto a Puerto Rico- en donde las mujeres votaron en las elecciones nacionales.
Diez años después, en 1941, Hidalgo de Prócel volvió a hacer historia al ser la primera mujer en postularse a un cargo de elección popular en Ecuador y la primera elegida como administradora pública.
Pero la verdadera vocación de Matilde Hidalgo de Prócel fue la medicina y el servicio a los demás, aunque la combinara con la política durante algún tiempo. La ejerció en Guayaquil hasta 1949, año en el que consiguió una beca de especialización en Pediatría, Neurología y Dietética en Argentina.
Al terminar sus estudios, la mujer ecuatoriana regresó a su país y se dedicó a llevar a cabo obras sociales. En aquel tiempo, su nombre era conocido por todo Ecuador y tenía la popularidad necesaria para ser nombrada vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y presidenta vitalicia de Cruz Roja.
El gobierno ecuatoriano le otorgó la Medalla al Mérito y la Medalla de Salud Pública, y en su ciudad natal de Loja se hizo un museo en su nombre. Matilde murió el 20 de febrero de 1974 en Guayaquil. y recibir la Medalla al Mérito de Salud Pública.
El Imbabura es un volcán apagado. En sus faldas se encuentra Ibarra y el Lago San Pablo. En Ecuador es conocido como ‘taita Imbabura’, que significa papá en kichwa. La flora y la fauna de los bosques que rodean a esta antigua elevación gozan de una amplia diversidad, permitiendo descubrir un poco más acerca de la variedad natural de la zona. Hasta los 3.000 m.s.n.m, el territorio es básicamente agrícola, sus principales productos son el maíz, el fréjol seco, la caña de azúcar y la cabuya. En las zonas bajas, la vegetación es de estepas herbáceas y en las altas hay prados naturales.
Desde tiempos remotos hasta la actualidad, es común escuchar entre los pobladores mitos y leyendas que hablan sobre este dios protector, al que muchos le han encomendado favores, han temido de su furia e incluso han solicitado consejos. César Cotacachi, conocedor del tema, afirma que cada región tiene sus propios mitos y leyendas que al pasar el tiempo los mismos pobladores le han dado forma y añadido un poco de misterio, como es el caso del volcán Imbabura.
Historia
Imbabura Urcu es el cerro protector masculino, su nombre es taita Manuel Imbabura. Es un ‘hombre’ grande y viejo, que luce constantemente un sombrero grande que cubre su cabeza blanca. Frente a él está el Cutacachi Urcu, que es el cerro protector femenino, su nombre es mama María Isabel Cotacachi, una mujer ya entrada en edad. Se cuenta que cuando el taita Imbabura era joven empezó a salir del Imbabura (cerro que era su morada) y caminaba solo durante las noches pensando que las demás personas le iban a reconocer y llegar a criticarlo al no encontrarse en su hogar. Una de tantas noches, durante su recorrido, se encontró con la mama Cotacachi. Caminaban juntos, pero Manuel no podía declarar su amor a María Cotacachi, cuando, de repente, se declaró diciendo que la amaba, entonces la mama Cotacachi respondió: «Yo también desde muchos años que te conocí he estado enamorada, entonces vamos a ser enamorados».El tiempo transcurrió y tuvieron un hijo, llamado Yanaurcu, que está a la derecha de su madre.
Tradición Los volcanes María Isabel Cotacachi y Manuel Imbabura son los padres protectores de las lagunas que están a los alrededores, donde los indígenas del lugar realizan ofrendas en agradecimiento a los dioses por las buenas cosechas y para la buena suerte. El Imbabura es un lugar sagrado y venerado por los indígenas de la región y es también un mirador natural perteneciente a la avenida de los volcanes, desde donde es posible observar elevaciones como el Chimborazo y el Cotopaxi. Este cerro también tiene un alto valor cultural para los pueblos que se asientan en sus alrededores. En tiempos prehispánicos era parte de los ‘Apukkuna’ (las culturas asentadas en sus cercanías). Cotacachi señala que este coloso es considerado en la cosmovisión del campesino indígena como el padre y, por esto, ha dado origen a varias leyendas y creencias.
En pleno Centro Histórico está la “Casa de los siete patios” (ubicada en la calle Rocafuerte e Imbabura, en San Roque), que al igual que las demás edificaciones del sector guarda historias y es parte de las leyendas de la capital. Pero tiene una historia en particular, no es como la de Bella Aura y la Casa 1028, o la del padre Almeida; en los relatos de esta casa los protagonistas son los fantasmas que merodean el lugar, que bailan en sus patios. Por la arquitectura y los materiales con los que fue construida se presume que el período de edificación es de la segunda mitad del siglo XIX. En los tiempos de la Colonia la casa fue hogar de estudiantes de provincias que llegaban a la capital y de los mercaderes. En la actualidad en la casa viven 38 familias. Entre los más antiguos habitantes está Gonzalo Rivera (62 años), él vive allí hace 40 años. Cuenta que cuando llegó, la casa estaba desgastada y vieja, razón por la cual las historias de los fantasmas eran creíbles. “Nunca los vi”, pero asegura que siente su presencia. “Cuando están presentes en un lugar, se siente frío; el lugar se vuelve pesado”, contó. Agregó que su hija vio en la noche un bulto que flotaba en la parte superior de la pared de su habitación. La explicación que don Gonzalo tiene de eso, es que debe ser el alma de una joven estudiante que se la encontró ahorcada, colgada de una cuerda agarrada en una de las vigas del cuarto; eso sucedió antes de que la familia Rivera comprara el departamento. Otra moradora de la casa es María Jurado (60 años), que vive en el lugar más de 40 años. Cuando llegó a la vivienda era joven y con siete hijos a cargo. Cuenta que al igual que don Gonzalo no ha visto nada, pero sí logró sentir y escuchar. “Cuando mis niños estaban pequeños hacían bulla, a pesar de eso escuchaba que me llamaban, y ahora cuando estoy sola se oyen los pasos”, dijo. Pero aseguró que después de la renovación de la casa, se la bendijo y luego de eso los sonidos han disminuido notablemente. Quien sí asegura haber visto a alguien que pasaba por su ventana es Nicolás Tapia, de 15 años. Cuando tenía 6 vio una sombra parada fuera de su ventana, él se levantó a ver quien era, pero se empezó a alejar; cuando miró, vio que era un hombre con capucha, pero no caminaba sobre el suelo sino que flotaba. Estas historias son comunes entre los moradores de la “Casa de los siete patios”, que a pesar del miedo que a veces crean en ellos los sonidos extraños, se acostumbraron a vivir con eso. Mucha gente solía ir a visitar la vivienda, pues llama la atención que tenga siete patios. Pero por razones de seguridad ya no está abierta al público. En las fiestas de Quito, 6 de diciembre, los inquilinos realizan actividades y permiten conocer y recorrer los siete patios. La casa fue reestructurada en 1992. Para mantener su peculiaridad, se trató de utilizar materiales similares al de la construcción original, cuentan los vecinos.
Llega la Navidad, y Ecuador, el país de los cuatro mundos, lo celebra con un sinnúmero de tradiciones en la que se muestra la diversidad cultural que posee el país. En los hogares ecuatorianos se comparte y disfruta momentos de unión familiar, donde además de compartir, el primer paso es armar el árbolito que los acompañará en todo el mes de diciembre y algunos días de enero.Esta es una de las fechas más importantes del año donde todas las familias tratan de reunirse en la denominada cena del 24 de Diciembre. Las cenas de navidad se caracterizan por la oración en las novenas, los villancicos, los regalos y la comida donde se acostumbra a degustar pavo.
Árbol de Navidad
Toda casa debe tener uno, se lo adorna con bombillos, regalos, lazos, velas, muñequitos representativos o luces para encender la noche. Además, varios cantones del país, encienden su árbol de navidad gigante en un punto turístico de la ciudad, ciudadanos esperan ansiosos estos días para disfrutar visítandolos y tomándose fotografías con ellos. Este acto represneta un símbolo de la unidad y fraternidad del país.
El Nacimiento o Pesebres
El Nacimiento del niño Jesús se hace con musgo, piedras, tierra, fuentes de agua para darle un toque muy natural y los animales y figuras son de porcelana o los más rústicos que son en madera y son preciosos. Los que representan a nuestro país que tienen los trajes típicos de cada provincia. Vecinos y amigos, realizan concursos de coros navideños, presentaciones de obras navideñas y concurso de pesebres. Según el Ministerio de Turismo, Loja elabora uno de los pesebres más grandes de Latinoamerica, con 220 m2 a base de materiales reciclables que recrea impresionantes escenarios que cuentan la historia de Cristo, ocurrida hace más de 2.000 años.
Intercambio de regalos
Es conocido como el “amigo secreto”, muchos ecuatorianos lo juegan previo a la fecha de navidad. Es un juego muy popular y tradicional en el Ecuador, en él participan varias personas que se hacen regalos entre sí sin que se sepa quién ha sido. Alternativamente, los amigos secretos pueden enviar cartas anónimas o pequeños regalitos a sus correspondientes amigos, utilizando seudónimos.
La Novena
La novena al niño Jesús abre paso a la celebración de la Noche Buena y Navidad, el 24 de diciembre varias familias se reúnen en sus hogares para compartir con sus familias la cena navideña. En las avenidas se observan las coloridas luces que son coladas en el árbol de navidad como un símbolo de esperanza y amor. En Azuay, la navidad se prepara con anticipación y enorme religiosidad para el nacimiento del Niño Jesús. Las familias se reúnen y practican la novena cada día en una vivienda diferente, al tiempo que escogen los trajes de los personajes bíblicos con los que sus hijos irán vestidos el día de la Gran Pasada del Niño Viajero, el 24 de Diciembre, una de las tradición religiosas más importantes de la región y del país donde participan miles de personas de todas partes del mundo.
Comer pavo en la cena de nochebuena
El 24 de diciembre a las doce la noche cuando toda la familia está reunida, se comparte una tradicional cena, con pavo relleno y vino. La cena empieza a las 00:00 con un “Feliz Navidad”, sin faltar los abrazos entre familia y amigos. Luego vienen los regalos para los niños normalmente se ponen al pié de la cama para que al otro día al despertar los abran.
La Misa del Gallo y las Misas al Niño
El 25 de diciembre se celebra la Misa del Gallo en todas las iglesias. Es la misa más concurrida del año y posteriormente se realizan misas al Niño Jesús hasta el 6 de enero. Se denomina popularmente Misa del Gallo, de esta forma se recibe al día de Navidad como la conmemoración del nacimiento de Jesús. Esta Santa Misa es conocida popularmente con el nombre de «Misa de los pastores».
Fiestas en comunidades
Como tradición navideña realiza un sinnúmero de programas en las comunidades de la zona rural de la Provincia que busca divertir a los niños y familias de comunidades sin importar si son sectores con poca población, ya que la finalidad es llegar donde nadie antes llegó. Se realizan juegos populares, entrega de canguil, algodón de azúcar, pastel, el juego del inflable, show de payasos, entrega de fundas de sal, a los padres de familia, fundas de caramelos y ropa forman parte del itinerario de los agasajos navideños.
San Francisco de Quito, capital de los ecuatorianos, cumple un Aniversario más de su fundación en medio de la guerra . la ‘franciscana ciudad’ ha seducido a propios y extraños, ganando calificativos de cariño y reconocimiento como: ‘Carita de Dios’, ‘Luz
¿Quién fue el Fundador de Quito?
Sebastián de Benalcázar fue quien fundó San Francisco de Quito, el 6 de Diciembre de 1534, junto a las faldas orientales del volcán Pichincha. Lo hizo sobre las cenizas que quedaron en el lugar luego de que el guerrero Rumiñahui quemara el sitio.
¿Cuántos años de Fundación tiene Quito 2019?
San Francisco de Quito, capital de Ecuador, cumple 485 años de fundación española.
¿Cuándo se celebra la fundación de Quito?
San Francisco de Quito fue fundada por Diego de Almagro el 28 de agosto de 1534, sin embargo cada año se conmemora sus fiestas mayores el 6 de diciembre, fecha en la que Sebastián de Benalcázar trajo el acta de fundación a su actual ubicación. Conoce más en nuestro artículo sobre la historia de fiestas de Quito.
La historia de la Fundación de Quito cuenta que cuando llegaron los españoles al Tahuantinsuyo, el imperio inca estaba sumergido en una guerra civil provocada por la pugna de poder entre Atahualpa y su hermano Huáscar. El primero defendía su hegemonía desde Quito, el segundo desde Cuzco. Huáscar, indignado por la derrota, acepto la muerte. Pero en el año de 1533, luego de pacificar el imperio, Atahualpa aceptó una reunión con Francisco Pizarro, en la cual fue capturado y días después asesinado por orden del español.
La conquista de los Andes septentrionales fue motivada principalmente por el rumor de que en Quito se encontraba el tesoro de Atahualpa. Se formaron dos expediciones, la de Pedro de Alvarado, desde Guatemala, y la de Sebastián de Benalcázar procedente del sur. Fue éste último el que consiguió llegar primero. Es así que el 6 de diciembre de 1534, se fundó la ciudad de San Francisco de Quito en las faldas orientales del volcán Pichincha.
Cabe mencionar que según el historiador ecuatoriano Dr. Ricardo Descalzi del Castillodice, la verdadera fundación de San Francisco de Quito fue el 28 de agosto de 1534, en las cercanías de la laguna del Colta en la provincia de Chimborazo, no por Sebastián de Benalcázar, sino por Diego de Almagro. Siendo el 6 de diciembre el día en que se trajo el acta de fundación a la actual ubicación de Quito, donde se inscribieron los civiles y los soldados para asentarse en la nueva villa.
Rumiñahui y la Fundación de Quito
La ciudad se encontraba sobre cenizas, ya que días antes había sido incendiada por el general inca Rumiñahui con el objeto de que los españoles no encontraran nada al llegar.
Inmediatamente se señalaron los límites, se estableció el cabildo, se repartieron solares y se delimitaron áreas comunales. La fundación de la ciudad en este sitio parece haber respondido más que nada a razones estratégicas. En el ámbito arquitectónico, empezaron a construirse los primeros monumentos de la villa, destacándose el inicio de la construcción de la iglesia de San Francisco, en 1536.
Personajes de la Fundacion de Quito
Diego de Almagro
Nació en la ciudad de Almagro, en la actual provincia de Ciudad Real, siendo hijo ilegítimo de Juan de Montenegro y de Elvira Gutiérrez. Ambos padres se habían dado la promesa de matrimonio, pero terminaron su noviazgo sin realizar este compromiso. Para cuando rompieron, Elvira estaba embarazada de Diego, razón por la que sus familiares la ocultaron hasta que naciese el niño, que vio la luz en 1475.
Fundó San Pedro de Riobamba, la primera ciudad española en Ecuador; además, mandó a fundar y poblar Puerto Viejo al capitán Francisco Pacheco en las inmediaciones de la costa.
Sebastián de Benalcázar
Nacido como Sebastián Moyano y Cabrera (Belalcázar, Corona de Castilla, 1480-Cartagena de Indias, Imperio español, 1551) fue un militar, explorador, descubridor y conquistador español, que fue nombrado adelantado y gobernador propietario vitalicio de Popayán en 1540, para recién tomar posesión del cargo en 1542.
Tras un breve retorno a León, embarcó hacia las costas de Perú, donde se unió a la expedición que preparaba Francisco Pizarro contra el Imperio inca (1532).
Tras haber ayudado a Pizarro a combatir a las tribus locales, completó en 1534 la conquista de Quitousando fondos obtenidos de sus campañas anteriores. Quito había sido la ciudad más septentrional del Imperio inca hasta ese momento, y antes de ser tomada por Belalcázar fue incendiada por el caudillo inca Rumiñahui, tras enviar el tesoro de la ciudad hacia los Andes.
Belalcázar y Almagro fundaron así la nueva ciudad de Quito sobre las ruinas de la antigua población inca, llamándola San Francisco de Quito, en honor a los misioneros franciscanos, por lo que en el escudo de la ciudad consta el tradicional cordón franciscano.
Francisco Pizarro
Fue un conquistador español quien, a principios del siglo xvi, lideró la expedición que iniciaría la Conquista del Perú. Posteriormente sería nombrado gobernador de Nueva Castilla, con sede de gobierno en la Ciudad de los Reyes.
Se le recuerda por haber logrado imponerse sobre el Imperio incaico con ayuda de diversos cacicazgos locales, conquistando el mencionado Estado imperial cuyo centro de gobierno se ubicaba en el actual Perú, además de establecer una dependencia española sobre él. Si bien tuvo el título de marqués, fue realmente «marqués sin marquesado». Tras la emancipación de la Corona de Su Majestad el Rey, sus descendientes tuvieron el título de marqueses de la Conquista, pero con el nombre de Atavillos. Sin embargo, es muy posible que en razón de su lealtad a la Corona le fuera como honra concedido el título de marqués de los Atavillos, siendo este el título utilizado por el cronista don Francisco López de Gómara en su Historia General de las Indias, capítulo CXXXII. También fue referido como marqués por Pedro Cieza de León en su libro Chrónica del Perú. Para sus huestes indígenas era conocido como Apu (‘jefe’, ‘señor’, ‘general’) o Machu Capitán (‘viejo capitán’).
¿Cuál es el Significado de Quito?
Existe varias explicaciones sobre su significado. Hasta hay una leyenda muy parecida a la del diluvio de Noé, que habla sobre el nombre de la ciudad.
Solo hay dos cosas claras cuando se intenta responder aquello de qué quiere decir el nombre de esta ciudad: la una es que ‘Quito‘ significa muchas cosas. Y la segunda es que usted puede, con todo derecho, agregarle su propio significado.Y es que en el fondo, según los expertos, el significado de la palabra aún sigue en construcción. A través de los años se han ido proponiendo varias teorías. Hoy, incluso, surgen unas nuevas y provocadoras.
Veámoslas. Luego de Benalcázar
El historiador Jorge Salvador Lara cuenta, en su obra ‘Memorias del Ñaupa Quitu‘, que en 1631 un jesuita italiano, Anello Oliva, sostuvo que el fundador del lugar, antes de la fundación española, fue un aborigen llamado Quitumbe. Y que, entonces, en honor a aquel paladín indígena este lugar fue llamado Quito. En 1773, el jesuita español Bernardo Recio sostenía que la ciudad se llamaba de esa manera en honor a ‘un cacique principal’, cuyo apelativo era Quitoc. Más tarde, el padre Juan de Velasco, en 1789, asegura que Quitu era un ‘pequeño régulo o señor’, que gobernaba a un pueblo asentado al pie del Pichincha y murió resistiendo a los invasores Caras, venidos desde la Costa y dio su nombre, transmutado en ‘Quito’, al reino que los recién llegados establecieron.En el siglo XX
En 1941, Jacinto Jijón dijo que ‘Quito’ se puede interpretar con el idioma de los colorados, aunque la considera de origen quichua. ‘Ki significa hacer y to, tierra’, dijo. En quechua sería Kitu o Kido: provincia, sitio, comarca.
En 1950, Manuel Moreno Mora dice que la palabra es un híbrido entre maya (toh) y quiché (kih). Y significaría sol derecho. ‘Quito se asienta muy cerca de la línea ecuatorial, a los mayances les llamó la atención la situación del sol que cruzaba derecho el cielo’.En 1954, Luciano Andrade Marín afirma: ‘Quito, propiamente Quitu, ‘Quitua, Quitwa, población de lasquebradas’. En 1960, en la obra ‘Quitus y Caras’, de Aquiles Pérez, dice que ‘Quito viene del cayapa, Qui, población; tu, tierra y población’.La versión de leyenda
Existe un relato (muy parecido al del arca de Noé) que cuenta que los primeros pobladores, Pacha y Eacha, se salvaron del diluvio provocado por una serpiente herida por ellos, al ascender al Pichincha. Luego enviaron un gallinazo para saber si la tierra ya era habitable. Nunca volvió. Después lanzaron una paloma que regresó con una ramita verde en el pico, señal de que había renacido la vida. ‘Quito’ en un diccionario kichwa es ‘paloma torcaz’.La versión actual
Sebastián Salvador, del proyecto Quitsa To, dijo que la palabra tiene sus raíces en el idioma de los colorados: el tsáfiki. Provendría de las voces Quitsa (mitad) y To (lugar o mundo). Es decir, ‘la mitad del mundo’.
Los indígenas sabían, antes de que vinieran ‘los geodésicos, que este sitio era la mitad del planeta’ Salvador respondió que sí!.
Su especial posición geográfica y su topografía llena de montañas la convirtieron en un sitio sagrado muy importante para muchos pueblos aborígenes, que tenían en los astros a sus deidades.
Los incas vinieron acá porque era como llegar a la ciudad del sol, dijo el especialista. Esto de que era un sitio esencialmente sagrado se corrobora, según Salvador, con que en el actual Centro Histórico existan 33 iglesias españolas, que fueron levantadas según conocemos sobre sitios sagrados indígenas.
Pero el Quitsa-mitad también se puede entender como centro. Por ser el sitio sagrado, Quito era el punto de concentración de distintos pueblos y culturas: La Meca de ese entonces. Se volvió, así, un centro de conocimientos, donde más que productos se intercambiaban y mezclaban saberes. Así, ‘Quito’ no era ya solo el nombre de un sitio sino de una forma de vida de toda una amplia región.
Los vestigios que aún nos quedan de los nombres de estos sitios cercanos a la actual ciudad pueden corroborarlo: Pomasqui, Quinche, Urcuquí, Cochasquí, Pusuquí y hasta Guayaquil. Cada zona, con sus particularidades, tenía que ver con la idea del centro.
Y Quito, el lugar que como tal hoy conocemos, era la expresión máxima y espiritual de esa visión, el sitio donde todo confluía sagradamente.