No solo el lila es el color de los penitentes de Semana Santa. En la procesión Jesús del Gran Poder del Sur, el blanco, el café y el negro también tienen su protagonismo. Estos tonos corresponden a los trajes del Alma santa de Patate, el Alma santa de Cuenca y el Turbante de Chimbacalle. Los tres, más el cucurucho y el sahumeriante, son los personajes principales de este acto religioso que, en este 2014, cumple 17 años. La Semana Santa se realizó por primera vez en Quito hace 417 años. En una investigación del Instituto Metropolitano de Patrimonio se señala que, según la historiadora Valeria Coronel, las primeras noticias de este ritual datan de 1597. Por cerca de estos casi cuatro siglos, la festividad ha tenido cambios. Uno de los más evidentes está en los personajes que asistían a los actos del Viernes Santo. En el mismo documento del IMP, el francés Alcide D’Orbigny describe una procesión de 1841, en la que participaban almas santas, bandas, judíos, sacerdotes… Según Steve Domínguez, de la Agrupación Jesús del Gran Poder del Sur, participaban más de 21 personajes, que con el transcurrir de los años han desaparecido. Este grupo, conformado por 45 familias, desde hace cuatro años mantiene una campaña para rescatarlos. Empezaron con cinco que están más relacionados con lo más arraigado (ver infografía). Para el historiador Alfonso Ortiz, los hechos culturales religiosos son muy frágiles y fáciles de destruir y complicados de reconstruir. Los cambios de mentalidad en la población y la Revolución Liberal hicieron que esas devociones populares desaparezcan, agrega. A decir de Ortiz, la puntilla final se dio en el período liberal. Allí ocurrieron dos hechos. En 1906 se emitió un Código de Policía que sancionaba las manifestaciones políticas o religiosas que no contaban con permiso escrito. Luego, en 1911, el Congreso prohibió las manifestaciones ‘externas’ de cualquier culto religioso como procesiones y altares en calles y plazas’. Eso estuvo vigente hasta 1949, cuando volvió la procesión de Viernes Santo durante el gobierno de Galo Plaza Lasso, para desaparecer al año siguiente. No fue sino hasta 1961 que en el convento de San Francisco surgió la idea de sacar a las calles la imagen de Jesús del Gran Poder. En el caso de Quito, con la procesión Jesús del Gran Poder, la memoria de los quiteños se reactivó. Ahora, Domínguez explica que el propósito de promocionar los trajes es posicionarlos en el imaginario de la comunidad, explicar su significado y así recuperar la fiesta. Además, que la celebración de la Semana Santa empezaba en el Domingo de Ramos, que era tan apoteósica que venían fieles y penitentes de otras ciudades. Por eso se entiende la presencia de las Almas santas de Patate y de Cuenca. Ortiz agrega que el aporte de los franciscanos para rescatar las manifestaciones religiosas es válido. Pero hace una observación: considera que se trata de recuperar los actos religiosos pero sin el contenido fundamental: la piedad. Para él, las manifestaciones religiosas se han vuelto cosas folclóricas. “Toda la cuestión religiosa es un espectáculo”. En esto coincide Bolívar Orellana, un jubilado que suele descansar en las bancas de la Plaza Grande. Él recuerda que durante los días santos, de los años sesenta, había más recogimiento y devoción. “Los rezos y pedidos tenían otro sabor y otro significado”. Para él, la sociedad disminuyen en valores. Para Julio Viracocha, de 67 años y vecino de Cotocollao, no importan las formas de la celebración, trajes, personajes o misas, lo que tiene valor es la fe. La procesión Jesús del Gran Poder del Sur empieza este mediodía. Los cinco personajes acompañados de un portaestandarte y soldados romanos recorrerán siete kilómetros. Ellos partirán desde la iglesia de la Virgen de El Quinche, en el barrio La Unión. El año pasado participaron 120 000 personas.
Fuente:http://www.elcomercio.com/actualidad/quito/cinco-personajes-se-rescatan-procesion.html