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Quito Colonial

Posted in Cocina Quiteña, Quito Colonial, on 18 abril 2018, by , 0 Comments

Todavía humea, pero las valientes caseras del mercado lo deshilachan con sus manos ya curtidas y acostumbradas al calor. Bajo una corteza crujiente está la suave y deliciosa carne de cerdo, como solo en Ecuador se prepara. El comensal, impaciente, solo espera degustar pronto este apetecido y tradicional plato. La historia del hornado empieza en el siglo XVI, según el chef Carlos Gallardo, de la Universidad de las Américas. Es un plato típico ecuatoriano, que nació de una tradición europea. En América no había cerdos, pero los españoles los trajeron. Eran castellanos y negros. En el siglo XVII, en los tradicionales hornos de leña se hacían allullas, bizcochos o pan. Pero había que aprovechar el calor. Entonces, las cocineras lo usaban para preparar carnes. Una de ellas era el cerdo. El origen del plato viene de un plato valenciano: el cochinillo, preparado en horno de leña. Uno de los sitios con más historia para este plato es Botín, en la calle madrileña de Cuchilleros, considerado el restaurante más antiguo del mundo. Según Gallardo, en Ecuador, una de las particularidades es la edad del cerdo con el que se hace hornado.

Un cochinillo tiene alrededor de dos años de edad. El animal para preparar hornado tiene el doble. Otra característica es que, para obtener un cuero crujiente, se debe cocer a fuego lento. Si la temperatura es baja, “la grasa se derrite y confita la proteína”. Es decir que entra en la carne y le da esa suavidad y sabor.

La receta original del cochinillo cambió al llegar a América, para convertirse en este alimento. Mientras el primero se marina con azafrán, vino, pimienta y clavo de olor, el segundo se adoba con chicha, cebolla, ajo y comino. Mucho comino. Pero el ingrediente que marca la diferencia es el achiote. Este se usa solamente en Ecuador. Se encuentra en diferentes puntos del país. Gallardo explica que hay cuatro raíces principales de este plato en la serranía: Carchi, Pichincha, Chimborazo y Azuay. De ahí, la receta ‘se regó’ para provincias vecinas como Tungurahua, Bolívar, Cañar o Cotopaxi. También llegó a la Costa. Pero en cada lugar tiene alguna particularidad.

Si en Pichincha se sirve con tortillas de papa, aguacate y lechuga, en Los Ríos va con Maduro y huevo, en Manabí con chifles y yuca y en Cañar con habas tiernas. La diferencia en las guarniciones es fácil de entender. Gallardo explica que cada región eligió una de acuerdo a los carbohidratos y cereales que su tierra produce.

Un acompañante común en casi todos los puntos donde se prepara es el mote. Además está el agrio, que tiene un sabor algo distinto según el sitio y el ‘ingrediente secreto’ de cada cocinero. Para completar la tradición, está la famosa probana, clásica en una hueca, restaurante popular o mercado.

“Venga mi guapo, qué le sirvo mi reina, ya le sirvo doctorcito, qué le atiento mi rey”

están entre las ingeniosas frases de la casera para atraer el cliente. Basta saborear el pedacito de carne o cuero de cortesía para aceptar la invitación. ¡Buen provecho!

 

Fuente: http://www.elcomercio.com/actualidad/hornado-tradicion-ecuatoriana-gastronomia.html

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Posted in Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 10 abril 2018, by , 0 Comments

En el norte, sur o centro de la ciudad hay locales donde se puede saborear una variedad de combinaciones de queso, salami, pollo, jamón, tomate y otros productos cubiertos con rodajas de pan.

La diferencia está en la preparación. El secreto está relacionado con los ingredientes. A cualquier hora, es frecuente ver a las personas ingresar a estos lugares para calmar el hambre. Los sánduches se combinan con bebidas gaseosas, un humeante café o un nutritivo jugo de tomate o de otra fruta. El precio va desde USD 1,50 hasta USD 13. Depende de la combinación de ingredientes, el tipo de pan y del tamaño. A Mario Real, por ejemplo, le gusta comer un sánduche en pan suave a media mañana.

“Es como un matahambre. Aunque es suficiente para no almorzar”, dice el empleado público, que frecuenta los locales del Centro Histórico. En el local El Pretil, Alicia Guevara, por tradición, no pone ni lechuga ni mayonesa en el sánduche de pernil. Lo único que se agrega es el tomate y la cebolla colorada. Para que no quede muy seco, añade ají. En cambio, Juan Meneses, en la Casa del Sánduche, lo sirve con una salsa especial y en un pan escogido por el cliente. Así, en toda la ciudad hay locales especializados en ofrecer este tipo de comido.

 

A Don Soto, bajo el Puente del Guambra, en El Ejido, llegan en su mayoría los universitarios. Ellos aprovechan las horas libres. Usted escoja el local, el tipo de sánduche, la bebida y la hora para servirse. Aquí le presentamos algunas propuestas. En el sánduche de pernil no se pone mayonesa

http://www.elcomercio.com/actualidad/quito/sabor-de-sanduches-singular.html

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Posted in Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, Turismo, on 30 marzo 2018, by , 0 Comments

La gastronomía quiteña así como su oferta está ligada a los distintos procesos históricos de Quito y es un referente del crecimiento de la urbe. Mientras en los siglos XIX y XX, el desarrollo en la oferta fue lenta, desde la segunda mitad del XX y la primera del XXI, este proceso se aceleró. La ciudad pasó de un registro, en el XIX, de 36 fondas en el Centro Histórico, a un desarrollo hotelero atado a restaurantes con una influencia de las cocinas francesa e italiana.

De acuerdo con los datos históricos, recuenta Miguel Burneos, coordinador del programa Rescate de los Sabores Tradicionales del Ecuador, la ciudad ha contemplado entre sus menús el platillo denominado cochinilla, pasando por la comida popular, la influencia norteamericana y, actualmente, el objetivo de promover la comida ecuatoriana.

La evolución de la comida en la capital también da cuenta de que en la primera década del siglo XX se intensifica la migración del Centro hacia el sector de La Mariscal. En El Ejido, por ejemplo, se abre la cafetería el Infierno Guayaquileño, Helados Patito, etc. El sushi se desenrolla en la rutina de Quito Perú lidera la lista de los 50 mejores restaurantes de América Latina Un sitio para la comida afro, chola y montubia En la primera década del siglo XX, también, el sur empieza a crecer con la llegada del ferrocarril a Quito (1908). Años más tarde, en sectores como la Michelena y La Magdalena, se prepara y oferta el caldo de 31 y la tripa mishque. Burneos comenta que estos platillos dan cuenta de un proceso migratorio desde varias provincias. Por otro lado, aparecen restaurantes como Chalet Swiss. Uno de los sitios tradicionales que se inauguró en esta época fue Sánduches de Don Soto, en 1939. En 1960, La Mariscal ya se consolidó como una zona de comercial. En la actualidad tiene 4 000 locales. También, desde mediados del siglo XX, Quito experimenta una mayor oferta hacia el norte. Uno de los puntales fue la apertura del Centro Comercial Iñaquito, en 1967.

Fuentehttp://www.elcomercio.com/actualidad/gastronomia-quitena-seducir-sabores.html

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Posted in Quito Colonial, Turismo, on 20 marzo 2018, by , 0 Comments

La central calle García Moreno en un tramo de apenas un kilómetro y medio encierra una evolución historica muy rica. Según algunos historiandores durante la época del incario, esta senda tenía un carácter religioso, por lo que los españoles la calificaron de pagana, y a manera de “plegaria reconciliadora” con Dios sembraron la primera cruzen 1714, en la esquina de las calles Loja y García Moreno junto al actual Hospicio de San Lázaro. Con la llegada de las órdenes religiosas al Ecuador y la instalación de conventos y sus respectivas iglesias, se inicia la instalación de cruces a lo largo de esta calle. Así fue como quedó levantada la segunda cruz en la Iglesia del Carmen Antiguo de San José o carmen Alto del siglo XVIILa tercera cruzcorrespondió a la Iglesia de la Compañía de JesúsLa cuarta fue construida por la Capilla del SagrarioLa quinta corresponde a la Catedral Metropolitanala sexta, por la Iglesia y monasterio de “La Concepción” del siglo XVI y la séptima por la Iglesia de Santa Bárbara. De estas siete cruces las que sobreviven, son las cruces de las iglesias de la Compañía de Jesús y de la Catedral.

Para la persona que desee conocer el casco colonial de la cuidad de Quito, podría considerar esta caminata, ya que al concluir este recorrido, habría conocido mucha riqueza histórica, arquitectónica y cultural de la Capital del Ecuador y su centro histórico.

Disfrute de la visita.

Fuente: http://quitoecuador.net/quito/turismo/la-calle-de-las-7-cruces/

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Posted in Quito Colonial, Turismo, on 14 marzo 2018, by , 0 Comments

La Compañía de Jesús es una iglesia sorprendente por su obra de arte tallada en piedra volcánica andina. Se le considera como la estructura más importante del Quito colonial por su representativo estilo barroco.

 

La Iglesia de la Compañía de Jesús fue construida en 1605 por los jesuitas, quienes fueron expulsados de la Real Audiencia de Quito debido al Edicto de destierro decretado en 1767 por Carlos III, Rey de España. Su edificación demoró alrededor de 163 años y estuvo abandonada hasta 1794. Luego de habérsele confiado a los frailes Camilos, la Compañía de Quito fue devuelta a los jesuitas en 1862 bajo la autorización del presidente Gabriel García Moreno.

 

DEBERÍAS SABER ESTO

Esta monumental obra arquitectónica ha sido objeto de un proceso de restauración integral desde que los terremotos destruyeron estructuras importantes como es el caso de la torre en 1868. Los trabajos históricos y arqueológicos, esenciales para la conservación del templo, se hicieron entre 1987 y 2005. Desde el 2006 los visitantes de todas partes del mundo han disfrutado de sus numerosos encantos bañados con siete toneladas de pan de oro.

 

Las obras de artes son motivo de una profunda admiración. El retablo mayor, dorado en 1745 por Bernardo de Legarda, contiene las esculturas de las cuatro comunidades religiosas que evangelizaron en Quito. Igualmente alberga los conjuntos escultóricos de la Santísima Trinidad y Sagrada Familia. Sin duda, su belleza artística elaborada por los artistas de la escuela colonial de Quito, refleja un espectáculo histórico inolvidable.

 

La Iglesia de La Compañía se localiza en el centro histórico de la ciudad de Quito en Ecuador, en las calles García Moreno y Sucre. (Diagonal a la Catedral).

DEBERÍAS SABER ESTO

La Iglesia de La Compañía de Jesús es la más famosa de todas las iglesias en Quito. Esto debido a su arquitectura, sus detalles en la fachada y el arte de su interior.

Se ubica en las calles García Moreno y Sucre, en el Centro Histórico de Quito.

El horario para apreciar esta iglesia es de lunes a viernes de 09h30 a 17h30, sábados de 09h00 a 16h30 y los domingos de 13h00 a 16h30.

El costo de la visita es de $2 USD para extranjeros, y $1 USD para visitantes nacionales.

Fuente: http://www.quitoadventure.com/espanol/relax-ecuador/lugares-turisticos-quito/iglesias-conventos/iglesia-compania-jesus.html

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Posted in Quito Colonial, on 28 febrero 2018, by , 0 Comments

Esta monumental basílica es la obra más importante de la arquitectura neogótica ecuatoriana y una de las más representativas del continente americano, siendo a su vez la más grande en tierras del nuevo mundo. Se ubica en el sector céntrico de la ciudad de Quito, en las calles Carchi y Venezuela junto al Convento de los padres Oblatos. Este templo religioso fue edificado para rememorar la consagración del Estado Ecuatoriano al Sagrado Corazón de Jesús, celebrada durante la presidencia de Gabriel García Moreno en 1873.8​ Tiene 115 m de altura y está conformada por 24 capillas internas que representan a las provincias del Ecuador. Este santuario fue inaugurado y bendecido por el Papa Juan Pablo II en su visita al Ecuador el 18 de enero de 1985.8​ La Basílica, tanto por su estructura como por su estilo, es comparada con dos grandes catedrales del mundo: la Basílica de Saint Patrick en Nueva York y la Catedral de Norte Dame en París.

Un detalle que distingue a la obra es la sustitución de las clásicas gárgolas por reptiles y anfibios propios de la fauna ecuatoriana; además están dispuestos rosetones pétreos que representan a la flora del Ecuador.​ En el punto más alto de la torre principal se puede observar la ciudad y las montañas que la rodean. La nave central del templo tiene 140 m de largo, 35 de ancho y 30 de alto donde están dispuestas 14 imágenes de bronce que representan 11 apóstoles y 3 evangelistas.8​ A lo largo de la historia de su construcción fueron varios los aportes realizados para que esta obra se lleve a cabo. Los padres Oblatos donaron el terreno donde se erige la Basílica; para proseguir con la construcción se aceptaron donaciones de creyentes quienes proporcionaron piedras a cambio de grabar sus nombres en las mismas. En 1985, el Estado implantó un impuesto por las compras de la sal para continuar con la edificación y se logró terminar la construcción luego que varias generaciones de pica pedreros dedicaran sus vidas para edificar cada pared del recinto. Otro de los atractivos de la Basílica del Voto Nacional es el panteón de jefes de estado del Ecuador.

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Posted in Quito Colonial, Restaurante, on 19 febrero 2018, by , 0 Comments

En Quito las opciones para disfrutar de la ciudad son muchas, sin embargo es necesario que para conocer a la‘Carita de Dios’, le dediques un día al Centro Histórico, un lugar con muchas leyendas que como turista no te puedes perder.

Para llegar hasta el Centro Histórico de Quito, declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1978, puedes llegar en taxi, en bus o en trole (sistema de transporte público). Una vez allí, te recomendamos caminar, mirar hacia arriba y fijarte en cada detalle de las viviendas y de los personajes que encontrarás en cada cuadra.

Aquí te dejamos 10 actividades para que disfrutes de uno de los centros más lindos de Latinoamérica. Lo mejor de todo es que puedes ir caminando a todos los lugares.

1.- Recorrer La Basílica y subir a su cúpula

Obsérvala detenidamente desde afuera pero también ingresa y sube los escalones que te llevarán a sus cúpulas con estilo gótico. Valdrá la pena, porque verás el cielo de Quito, que cuando está despejado te muestra a los volcanes Cotopaxi, Cayambe y Chimborazo en su plenitud.

2.- Visitar las iglesias de la Compañía de Jesús y de San Francisco 

Quito tiene hermosas iglesias con altares bañados en pan de oro. La iglesia de la Compañía puede dejarte paralizado por unos segundos al ver el brillo dorado de los detalles con los que fue elaborada. El dorado de sus láminas de oro tiene 23 quilates cada una. Fue construido hace más de 160 años y es considerado uno de los templos de estilo barroco más representativos de Iberoamérica.

3.- Visitar un museo 

En el Centro Histórico puedes encontrar un sinnúmero de museos que albergan la historia republicana y de la colonia. Varios de ellos son gratuitos. La lista es larga, está el Museo de la Ciudad, sin embargo, el Museo de Cera, la Casa de Antonio José De Sucre, son también otras opciones. Así que puedes escoger de acuerdo a la parte de la historia que más te llame la atención. Aquí puedes revisar todos los museos.

4.- Tomarte una selfie en la Plaza Grande

Inmortaliza tu paso por Quito con una selfie teniendo como fondo el Palacio de Carondelet, nombre con el que se conoce a la residencia presidencial. Si para entonces sientes que te ha agarrado la altura, pues Quito está a casi 3 mil metros sobre el nivel del mar, puedes comprar a los vendedores ambulantes que rondan esta plaza, hojas o caramelos de coca que te ayudarán a seguir en tu recorrido. Y así los puedes tener para cuando vayas al teleférico, en otro sector de la ciudad, donde incluso estarás a más de 3 mil metros.

5.- Visitar el interior del Palacio de Carondelet

Desde hace algunos años se permite el ingreso al edificio presidencial, pues además de la arquitectura y decoración de sus salones, existe una exposición permanente de los obsequios que mandatarios de todo el mundo otorgaron al expresidente Rafael Correa. Planifica tu visita y separa cupo un día antes, pues a diferencia de los museos del centro, en Carondelet hay cupos limitados cada hora ya que al ser gratuito es uno de los lugares más concurridos. No olvides llevar tu pasaporte o documento de identidad.

 

6.- Comer algo tradicional en Cafetería Modelo

El ponche, el café con humitas, o el locro de papas, son algunos de las delicias típicas que vas a encontrar en los restaurantes del centro de Quito, pero si lo haces en la Cafetería Modelo además te transportarás al pasado. Aunque hoy esta cafetería – restaurante tiene varios locales, el más tradicional se ubica en las calles Sucre y García Moreno, que conserva sus pisos de madera y patio tradicional.

 

7.- Caminar por la calle de las Siete Cruces

La calle García Moreno, a la salida de Carondelet, es conocida popularmente como la calle de las siete cruces, que debe su nombre al número de iglesias que se ubican en ella.  Recórrela observando la arquitectura de sus viviendas y locales.

Calle García Moreno. Foto: Pixabay

8.- Pasear por La Ronda y tomar una canelazo

Cuando caiga el sol, es tiempo de caminar hacia La Ronda, un área que fue regenerada hace varios años y que brinda una opción de entretenimiento en la noche quiteña. Mientras caminas por sus calles empedradas, encontrarás restaurantes, bares, karaokes. Los mejores días para visitar esta zona son los viernes y sábados. Dicen que para aplacar el frío, la mejor opción es un canelazo, una bebida tradicional que lleva naranjilla, canela y aguardiente.

Calle La Ronda. Foto: Eddy HerreraCalle La Ronda. Foto: Eddy Herrera

9.- Subir hasta El Panecillo y tomar una panorámica de Quito 

El mirador El Panecillo lleva este nombre por su parecido con un pequeño pan y es uno de los sitios más visitados de la ciudad. Desde ahí se puede apreciar tanto el centro histórico como los extremos norte y sur de la capital.

Desde aquí te sentirás muy pequeñito, pues a tus espaldas tendrás a un monumento de la Virgen María que mide treinta metros apoyado en una base de otros 11 metros.

La inauguración de este monumento fue en 1975 y un año antes el rostro de la Virgen María, al igual que el resto de partes, fueron traídas desde España en barco.

10.- Cenar en Hasta la vuelta, señor

En el corazón del Centro Histórico de Quito, se ubica este restaurante inspirado en el rescate de las raíces y tradiciones quiteñas con el misterioso encanto de las leyendas y el recuerdo de la legendaria noche de bohemia cuando el fraile prometió al crucificado…. De ahí su nombre: Hasta la vuelta, Señor…

Además de su menú típico, llama la atención su colorida decoración. Es un lugar recomendado para dialogar mientras se disfruta de la gastronomía nacional. Está en el interior del Palacio Arzobispal, frente a la Plaza Grande, en las calles Chile y Venezuela.

Hasta la vuelta, Señor se ubica en el interior del Palacio Arzobispal.

Fuente: https://vamoaviajarblog.wordpress.com/2017/12/04/24-horas-en-el-centro-historico-de-quito/

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Posted in Comida Quiteña, Quito Colonial, Restaurante, on 8 febrero 2018, by , 0 Comments

Es un guiso pero se lo conoce como seco. Se puede elaborar con chivo o borrego, pollo, entre otros cárnicos y tiene variante regionales. Sin embargo, el nombre que hace contradicción con su apariencia tiene orígenes inciertos. Una de las teorías más reconocidas, dice el chef e investigador Esteban Tapia, es que el término proviene de un vocablo inglés. A principios del siglo XX, en Santa Elena se preparaba este platillo en abundancia a los ingleses que se radicaron por trabajo en petroleras. La tradición ecuatoriana de servir sopa y segundo también lo consumían los ingleses y empezaron a llamarlo ‘second’ para hablar del segundo platillo, dice Tapia. El vocablo se difundió, se abrevió y se adaptó al vocablo ecuatoriano como ‘seco’. El chef e instructor en Culinary Art’s School, Felipe Capelo cuenta que se creó como una derivación del cabrito peruano y se ha adaptado a las regiones con tónicas dulces por el uso de panela en la Sierra y sabores más amargos en la Costa por una fuerte presencia de la cerveza. Este platillo es de origen ancestral y parte originalmente de una fermentación den chicha. Tapia indica que la carne debe dejarse fermentar ya sea en cerveza, chicha de jora o jugo de naranjilla. Este hecho no es solo para eliminar el tufo que suele tener la carne de chivo o borrego sino que esto permite que los nutrientes de la carne se asimilen y se ablande el producto.

Fuente: http://www.elcomercio.com/sabores/origen-nombre-secodechivo-gastronomia-receta.html. 

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Posted in Quito Colonial, on 19 enero 2018, by , 0 Comments

Amalgama, mestizaje o mezcla son tres palabras que identifican al Quito de los albores del siglo XXI. Aquella ciudad bordea los 2,5 millones de habitantes, distribuidos en familias con hijos nacidos en este terruño y con padres procedentes de otros cantones y provincias.

De esta forma se generan relaciones familiares y comunitarias que tienen al mestizaje como protagonista. Son ellos quienes se distribuyen en la geografía de lo que, ahora, es el Distrito Metropolitano. Pero se trata de un proceso que se fue configurando desde inicios de 1960.

Esta cotidianidad, con realidades y personajes que son fruto de esta transición social, la registra el escritor Jorge Icaza (Quito, 1906-1978) en su novela ‘El chulla Romero y Flores’publicada en 1958, obra literaria cuyo eje central analiza las contradicciones propias del mestizaje.

Una obra que da cuenta de dos épocas marcadas de Quito, aquella que cierra los años conventuales que giran en torno a lo que es en la actualidad el Centro Histórico y aquella de una ciudad en expansión que incorpora por el norte el sector de La Mariscal y, por el sur, barrios como la Villa Flora.

Es que Luis Alfonso Romero y Flores es mestizo, realidad generada por su madre indígena y su difunto padre y patrono de su progenitora. Esta realidad le genera vergüenza, lo que aplaca hallando asidero en esa media raíz española plasmada es su doble apellido.

‘Chulla’ por las apariencias propias que se fueron generando al ser parte de la clase media que va buscando identidad en una ciudad que empieza a crecer, que se expande y que desemboca en relaciones sociales más complejas. La apariencia es la principal arma para que Luis Alfonso viva y sobreviva. Añadiendo su opción por la vida bohemia.

Lo que plantea Silvia Madero al analizar la novela: “Jorge Icaza coloca a su personaje principal solo, como un mestizo de clase media que siente pertenecer a la sociedad, pues no es indígena ni tampoco es blanco. Es señalado por su mezcla hiriente… El chulla Romero y Flores lidia con su dualidad desde que se erige a la vida, es la sombra que lo acompaña”.

Con críticas sociales y literarias, la obra de Icaza cuenta una historia que no hace más que registrar parte de la identidad quiteña.

Pero a la vez esta novela era el registro de, como lo llama Fernando Carrión, uno de los símbolos identitarios de Quito, que en la actualidad ya no se encuentran. En estos momentos no hay un símbolo ni un personaje que logre identificar al quiteño como lo hacían antes el chulla Romero y Flores o la Torera, personajes que décadas atrás estaban vinculados a la clase media y al aparato estatal. Así lo señala en su artículo ‘Los Quitos del siglo XXI’, escrito en el 2003.

Fuente original: http://patrimonio.elcomercio.com/patrimonio-contemporaneo/chulla-romero-y-flores/historia#.WlOeyHCgdPY

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Posted in Quito Colonial, on 10 enero 2018, by , 0 Comments

Caminar por la calle Juan de Dios Morales, más conocida como La Ronda, supone hacer un viaje en el tiempo. Ya lo dijo, en 1996, Fernando Jurado en su libro: ‘La Ronda, Nido de Poetas y Cantores’. Según el investigador, esta emblemática calle estuvo perfectamente trazada en 1480, cuando los incas llegaron por primera vez a Quito. De allí hasta hoy en día, su transformación ha sido, por demás, sorprendente.

La influencia andaluza en la construcción de sus calles estrechas, de sus casas que se miran entre sí por sus balcones y de sus patios interiores, es notoria. No en vano se la compara con la calle Sierpes, una de las tradicionales hileras de edificaciones de Sevilla. La dualidad, claro oscuro, día y noche, juego y bohemia, es claramente marcada en La Ronda. Cuando el sol ilumina al Centro Histórico, la  calle Juan de Dios Morales abre su baúl de recuerdos.

Mauricio Gallegos, luciendo una túnica colorida a manera de faldón  y un sombrero, da la bienvenida a los curiosos. El artista, de piel trigueña y ojos cafés oscuros, se convierte en el ‘pregonero Juancho’. “Buenos días mis vecinos, bienvenidos a La Ronda”. El artista, perteneciente al colectivo Recrearte, interactúa con las personas y los guía en su búsqueda de su “niño interior”. Con los trompos, el hula-hula, el sapo y la rayuela, Juancho intenta recordar a ese ‘Quito del ayer’.

Calle abajo, los adoquines compactos  resaltan las fachadas de las casas piponas (con paredes sobresalientes). Para refrescarse, nada mejor que una tradicional y casi extinta ‘beba’. Efraín Siranaula, cuencano residente en Quito de 74 años, las ofrece. “Cuestan 0,50 centavos y vienen de diferentes sabores”, dice mientras acomoda su estantería y recuerda, con nostalgia, su antiguo oficio.

El adulto mayor confesó que, antes de la regeneración de La Ronda, en el 2006, se desempeñaba como ‘fregador’. Pablo Santamaría, de 15 años, trata de hacer ‘la maravilla’, mientras escucha, con el filo del oído, la historia del Taita Pendejadas. Los oficios tradicionales de La Ronda también forman parte de esta búsqueda y rescate del pasado tradicional. Luis López (sombrerero) y Humberto Silva (hojalatero) son ejemplos vivos de aquello.

Sus talleres y oficios sobrevivieron, con valentía, a la degeneración que sufrió la calle desde que se instaló la Terminal Terrestre del Cumandá, en la década del setenta. Ya por la noche, el ambiente bohemio, característico de los artistas y poetas que habitaron en esta calle, toma fuerza, especialmente los fines de semana. Los ochenta establecimientos, entre bares, restaurantes y sitios para darse un ‘gustito’, se abarrotan de personas a partir de las 19:00. Uno de los locales más llamativos es La Casa de los Geranios. Su propietario, Miguel Mafla, es sastre de profesión. Hace ocho años adquirió la propiedad y confiesa que en ese tiempo “nadie se atrevía a comprar una casa por aquí”.

Luego de la restauración, las gradas de piedra, en la entrada, y las paredes laterales volvieron a tomar vida. A su predio lo transformó en restaurante y en la parte posterior adecuó su taller. El artesano, de 71 años, espera “que su casa dure otros 300 años”. Los letreros que ofertan canelazos, empanadas gigantes, frutillas con chocolate, se mezclan con los espectáculos artísticos que se presentan en la casa 307.

Los bohemios, los amantes del arte, los sedientos de tradición, pueden encontrarlo todo en dos cuadras: desde el puente de los Gallinazos, en la Maldonado, hasta el nuevo puente de la Venezuela. En esos 400 metros se concentra la esencia misma de Quito.

Fuente: http://patrimonio.elcomercio.com/patrimonio-contemporaneo/la-ronda/historia#.WlOcr3CgdPY

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