San Antonio de Pichincha, es un lugar que está escrito con letras de oro en la historia, tanto de Ecuador como del mundo, porque por estos caminos pasaban los Yumbos siguiendo el Inti Ñan, así como también Los Quitu Caras; muchos años después, por aquí pasó la misión geodésica francesa, que entre otras cosas dio origen al “metro” como parte del sistema métrico universal. En 1936 Luis Tufiño también anduvo estos caminos mientras construía el primer monumento histórico ecuatorial, en la mitad del mundo. Mi padre, el profesor Humberto Vera, caminó arriba y abajo estas calles, cuando descubrió la belleza inmensa que encierra este valle, el valle de Lulumbamba; y fue así como se decidió a pintar la primera línea en el monumento histórico, para que los turistas se sacaran una foto en el hemisferio norte y otra en el sur. Para lo que yo le ayudaba vistiéndome en aquellos años con atuendos indígenas para recibir a los turistas extranjeros. En conjunto con el Dr. Descalzi, Luciano Andrade Marín, y Misael Acosta celebramos la fiesta del equinoccio de oro, en innumerables oportunidades. Pero la vida nos desplazó unos cuantos metros al norte en donde nació el Museo de Sitio Intiñan (Camino del Sol), cuyo objetivo principal es el rescatar una nueva imagen de la existencia de un centro geográfico de la cosmovisión ancestral y un hábitat etnoecológico en la Mitad o Centro del mundo.