Quito, ciudad de historia y misticismo, guarda en sus rincones relatos que han trascendido el tiempo. Uno de los más intrigantes es la leyenda del Gallo de la Catedral, una historia que entremezcla la fe, la justicia divina y la picardía de la cultura quiteña.
El Gallo que Observa desde las Alturas
En lo alto de la Catedral Metropolitana de Quito, una escultura de un gallo vigila la Plaza Grande. La leyenda cuenta que este gallo cobró vida una noche para señalar a un clérigo corrupto que había cometido injusticias. Se dice que, cuando la luna llena iluminaba la ciudad, el gallo cantó y batió sus alas, revelando los pecados del religioso ante todos.
Desde entonces, el gallo se ha convertido en un símbolo de justicia y en un recordatorio de que, en Quito, hasta las estatuas tienen algo que decir. Muchos creen que, en noches especiales, el gallo sigue cantando para advertir sobre la hipocresía y la mentira.
Una Parada Obligada: Hasta La Vuelta, Señor
Si te aventuras a recorrer el Centro Histórico de Quito para ver de cerca al famoso gallo, la experiencia no estaría completa sin una visita a Hasta La Vuelta, Señor, un restaurante que, al igual que la leyenda, está impregnado del alma quiteña. Ubicado en el Palacio Arzobispal, este icónico establecimiento es el lugar perfecto para saborear la gastronomía ecuatoriana en un ambiente que rinde homenaje a la historia y tradiciones del país.
Así como el gallo de la Catedral tiene su historia, Hasta La Vuelta, Señor también tiene la suya. Su nombre hace referencia a otra leyenda quiteña sobre un joven que, tras una confesión en la iglesia, fue excomulgado y al intentar regresar, recibió la fría respuesta: «Hasta la vuelta, señor». Hoy, ese mismo nombre invita a los comensales a volver siempre por más de sus exquisitos platos como el seco de chivo, la fritada y la inigualable colada morada en temporada.
Visitar el Centro Histórico de Quito es sumergirse en un mundo donde la historia y la gastronomía se entrelazan, y donde el gallo de la Catedral sigue siendo un testigo silencioso de la vida que transcurre a sus pies. Y si el hambre apremia después de escuchar las leyendas quiteñas, Hasta La Vuelta, Señor siempre estará listo para recibirte con los brazos abiertos y los sabores más auténticos de la ciudad.